El tobillo de un homínido de 4,4 millones de años cambia la historia del bipedismo. Ardi caminaba erguido… pero seguía aferrado a los árboles mostrando que la evolución humana fue más extraña de lo que imaginábamos

Un estudio publicado en Communications Biology ha analizado el tobillo fósil de Ardipithecus ramidus, descubriendo que combinaba el caminar erguido con una sorprendente capacidad para trepar. Esta mezcla de rasgos humanos y simiescos demuestra que la evolución no avanzó en línea recta, sino en un equilibrio inestable entre el suelo y las ramas.