Después de vivir “como un rey” durante décadas, cobrar comisiones en el extranjero, acumular una fortuna, comportarse con total impunidad, largarse a vivir a otro país, eludir la acción de la justicia por su inviolabilidad, seguir viniendo de visita a las regatas y no pedir nunca perdón ni por supuesto someterse a la justicia, ahora va y publica unas memorias que suenan a recochineo -Son las diez de la noche, y hoy ha venido a divertirse al Hormiguero… ¡El rey emérito, don Juan Carloooossss! Suena el himno de España en versión makinera, y tras la cortina con el logo del programa aparece el rey emérito mientras el público, cuidadosamente seleccionado para la ocasión, estalla en aplausos y vivas. Don Juan Carlos avanza por el plató con dificultad, usando un andador, y el presentador lo recibe con un cariñoso abrazo. Sin que cesen los aplausos, se sientan a la mesa junto a las graciosas hormigas de peluche, y comienza la entrevista más esperada. -¿Cómo está, majestad? -Estupendamente, Pablo. Mejor que nunca (aplausos). -Y viene hoy con libro nuevo -enseña a cámara la portada de Reconciliación, más aplausos-. -Sí, hoy se publica mi libro de memorias. Así que la gente puede leerlo y hablar con conocimiento, que hasta ahora ha habido mucho listillo criticando sin haberlo leído. Lo mismo que le pasó al premio Planeta (risas, aplausos). Lo que sigue es una entrevista-masaje del presentador al rey emérito, a la que se suman los colaboradores habituales. El rey emérito se muestra ocurrente, tiene chispa, el público ríe sus gracias. Cuenta curiosidades de la vida en Abu Dabi, la última travesura de Froilán, chascarrillos sobre la familia real, maldades sobre Corinna, y el público ríe y aplaude cada intervención. Luego se pone serio, incluso dramático, para lamentar la ingratitud de algunos españoles hacia el rey que les trajo la democracia, cuenta un entresijo inédito del 23F, y acaba confesando su respeto y agradecimiento a Francisco Franco. Para rematar hace un chiste sobre sus problemas con Hacienda, que es ampliamente reído en el plató. ¿Te suena verosímil? A mí, completamente. Después de lo visto, yo ya me creo cualquier cosa. Espera, que te lo digo con un latinajo, que me está quedando un artículo muy tontorrón. Carraspeo, cojo aire, ahí va: “Quousque tandem abutere, Juan Carlos, patientia nostra?” La frase mil veces reformulada de Cicerón en las Catilinarias , y que vendría a ser: ¿hasta cuándo abusarás, Juan Carlos, de nuestra paciencia? Después de vivir “como un rey” durante décadas, cobrar comisiones en el extranjero, acumular una fortuna, comportarse con total impunidad, largarse a vivir a otro país, eludir la acción de la justicia por su inviolabilidad, seguir viniendo de visita a las regatas y no pedir nunca perdón ni por supuesto someterse a la justicia, ahora va y publica unas memorias que suenan a recochineo : lejos de arrepentirse de nada, nos acusa de ingratos, dice que le debemos la libertad y la democracia, elogia a Franco, se queja de no cobrar pensión… ¿Hasta cuándo abusarás, Juan Carlos, de nuestra paciencia? Por si no es bastante todo lo anterior, ahora además publica un libro, del que habrá cobrado anticipo e ingresará sus derechos de autor por las ventas. Y le hacemos la promo gratis. ¿Qué será lo próximo? ¿Ir al Hormiguero y echarse unas risas? Ya puestos, que pase también por La Revuelta y Broncano le pregunte cuánto dinero tiene y cuánto sexo en el último mes, así nos reímos un poco más.