El último año del siglo XX trajo a Álora una noticia que marcaría para siempre la vida religiosa y sentimental del pueblo. Fue entonces cuando el delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, el sacerdote Antonio Ruiz Pérez, comunicaba oficialmente a la hermandad de los Dolores que el obispo de la Diócesis de Málaga había admitido la solicitud de coronar canónicamente a María Santísima de los Dolores, la venerada titular de la cofradía de la Despedía.