El 29 de junio de 1928, hace casi un siglo, se inauguró en Málaga la Central Telefónica de Molina Lario, un edificio que supuso un cambio en la estampa visual de Postigo de Abades, de la mano del talentoso Fernando Guerrero Strachan, así como un salto definitivo hacia la modernización de las telecomunicaciones, poniendo a la ciudad al día con los servicios que ya ofrecían las ciudades en el siglo XX.