Crean el traductor más pequeño del mundo: implantes que convierten pensamientos en mandarín

Dentro del cráneo, donde nadie la ve, existe una fábrica de palabras. Genera significados que se transforman en tonos, matices, ritmos. Durante milenios, solo nuestros labios podían exportar esa mercancía. Ahora, gracias a electrodos del tamaño de un cabello y algoritmos entrenados por años, neurocientíficos chinos han abierto un canal que permite que el pensamiento en mandarín salga al mundo, sin pasar por la voz.