Entre las frutas de temporada que triunfan en esta época en España destacan las manzanas y peras, que empiezan a cosecharse a finales de verano, castañas y granadas o caquis y cítricos, que llegan más entrado el otoño. Tanto naranjas como mandarinas son imprescindibles de la época por su aporte de vitaminas para fortalecer el sistema inmunológico y enfrentarse a constipados y virus. Su recolección suele producirse entre octubre y marzo, especialmente en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía , y a partir de noviembre alcanzan su mejor sabor y jugosidad. En el caso de las mandarinas, además, es de agradecer su tamaño y comodidad de ingesta , ya que son más fáciles de pelar que las naranjas. Con todo, siempre hay el que teme comprarlas y que no estén en su punto óptimo, que sean demasiado ácidas o dulces o que tengan huesos entre sus grillos. Además, muchos habrán visto que la piel a veces tiene manchas o está verde y eso también tira para atrás a la hora de elegirlas. Ahora, un doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y divulgador científico se ha viralizado hablando precisamente del color. «Que una mandarina esté verde por fuera no significa que esté verde por dentro», asegura Miguel A. Lurueña , que supera las 47.500 visualizaciones en su perfil de TikTok (@gominolasdepetroleo) . Él recuerda que es habitual que muchos piensen que las que están con un tono verdoso lo están porque «están inmaduras, pero lo más probable es que no sea así». Así, el divulgador expone que «las mandarinas son frutas no climatéricas: eso significa que una vez separadas del árbol ya no siguen madurando». Lurueña recuerda que por eso es fundamental recolectarlas en su momento óptimo de maduración y que por ese motivo los productores suelen tomar muestras a pie de campo para conocer la cantidad de zumo así como el contenido de ácidos y azúcares que tienen. En el campo, él comenta que a veces se dan maduraciones tempranas en las que «la parte interna madura antes que la piel» y «la fruta está lista para comer, pero por fuera aún sigue verde». «Esto es un inconveniente , porque cuando la mandarina tiene ese color, mucha gente piensa que está inmadura y no la compra», añade el experto. «Para solucionar este problema, esas mandarinas una vez recolectadas, se someten a un proceso de desverdizado », desvela Lurueña, detallando que se trata simplemente de «almacenar estas mandarinas durante unos pocos días, entre uno y siete días más o menos, en cámaras donde se controla la ventilación y se controlan también las condiciones de temperatura y humedad». Se les aplica etileno, un gas que también puede ser producido por las frutas de forma natural, en bajas concentraciones porque «promueve la maduración porque se trata de una hormona vegetal». Lurueña remarca que con esos procesos «se consigue que se degrade la clorofila, que aporta este color verde, y que se desarrollen los carotenoides, que aportan el color naranja tan característico de las mandarinas». Como no siempre se suele hacer, a veces hay mandarinas con partes de la piel verdes en las tiendas. «Ahora ya sabéis que podéis comprarlas sin problema porque el color verde de la piel no significa que estén inmaduras por dentro», sentencia el experto.