Adjudican la obra para convertir La Pérgola en la sede del Área de Turismo de Córdoba

El proyecto está valorado en 480.560 euros El Ayuntamiento de Córdoba ha adjudicado a la empresa Ingedeca las obras de remodelación del edificio La Pérgola para acoger la futura Delegación de Turismo. Se trata de un edificio histórico que lleva cerrado muchos años, y que va a ser sometido a unos trabajos valorados en 480.560 euros. La oferta de Ingedeca fue seleccionada por la Mesa de Contratación del 29 de octubre, asumiendo previamente el informe técnico emitido por la Arquitecta Municipal de la Delegación de Infraestructuras de fecha 23 de septiembre. La adjudicataria incluye en su propuesta la ampliación del plazo de garantía de 24 meses más sobre el mínimo fijado, que era de un año. La obra llegará después de varios meses confirmando que el 2026 sería el año para que la Delegación de Turismo tuviera una nueva sede. Ubicada en los jardines del Duque de Rivas, en los Jardines de la Victoria, La Pérgola es una joya arquitectónica neoclásica que ha sido testigo de la evolución cultural y social de la Córdoba moderna desde su misma construcción, que data del año 1930. Diseñada por el arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría, que lo ideó como un ejemplo del romanticismo neoclásico, su propósito original era dotar a los jardines de un cierre armónico por la Avenida de la República Argentina, ocultando así la presencia de los pabellones militares que se encontraban detrás. En 1931, con el empuje cultural de la Segunda República, La Pérgola albergó la Biblioteca Popular Duque de Rivas, complementando la ya existente Biblioteca Séneca en los Jardines de la Agricultura. Así, durante décadas, su estructura, con un cuerpo central clásico y fuentes laterales, permaneció en estado de semiabandono, utilizándose ocasionalmente como espacio de descanso y, durante la Feria de Mayo, como sede de varias casetas. También como espacio para ferias comerciales. Tras décadas de abandono, fue en los años 90 cuando se planteó en serio una intervención, aunque no terminó de fraguar ni en un primer intento a principios de siglo, ni ya en la segunda década, cuando fracasó la gestión de un edificio multiusos, con la parte central destinada a la cultura y la gastronomía, y los laterales destinados a acoger empresas y oficinas, que acabó en litigio.