El hallazgo en el yacimiento cretácico de Poyos podría cambiar lo que sabíamos sobre los últimos saurópodos de Europa. Cuatro huevos de titanosaurio, perfectamente preservados, revelan pistas sobre cómo se reproducían y convivían estas gigantescas criaturas poco antes de la extinción. Los investigadores creen que convivieron varias especies a la vez, algo extremadamente raro en el registro fósil.