El Juzgado de lo Penal número 5 de Córdoba ha celebrado este lunes el juicio contra un ganadero de la comarca de Los Pedroches , acusado de un delito de maltrato animal por la muerte de 36 vacas de su propiedad, que habrían fallecido por falta de agua en la finca de Dos Torres. La Fiscalía ha elevado a definitivas su escrito de acusación en el que solicita una pena de 1 año y ocho meses de prisión para este ganadero por un delito de maltrato animal doméstico. En su informe, el fiscal ha señalado que el encartado mantuvo a las reses durante varios días en un cercado sin agua ni pasto suficiente, pese a que en una parcela contigua reservada —cerrada con una puerta— existía un sondeo de agua y abundante vegetación. El fiscal ha sostenido que el ganadero, «por omisión y estando obligado a ello, no permitió en mayo de 2022 el acceso de los animales a esa tercera parcela, lo que provocó que 36 de las 96 vacas murieran por deshidratación«. En su declaración, el veterinario perito ha señalado en Sala que durante la vista a esta explotación ganadera en labores de inspección junto a dos agentes del Seprona al llegar pudieron constatar que, «los animales no habían entrado en tiempo en la cerca donde había agua y pasto « y que »los cadáveres no presentaban un estado avanzado de descomposición «, lo que indicaría que las vacas murieron apenas el día de antes o esos días, prácticamente a la vez por falta de agua». Este veterinario perito ha afirmado también que, si la puerta del cercado hubiera estado abierta, «evidentemente no habrían fallecido». Por su parte, la defensa del ganadero ha negado cualquier intención de maltrato por parte de su representado y ha asegurado que la puerta de acceso a la zona con agua sí había estado abierta , aunque ha apuntado que se trata de un camino público por el que 'pasa mucha gente', por lo que alguien podría haberla cerrado'. El abogado del acusado ha insistido en que 'no resulta lógico pensar que un ganadero haya dejado morir a sus animales, teniendo en cuenta la pérdida económica que eso supone'. De hecho, el acusado ha señalado que él cuando lo llamó el Seprona comunicándole que había reses muertas «me quedé helado». «Soy ganadero, ¿cómo voy a querer dejar morir las vacas?», ha declarado en su defensa. La defensa ha sostenido que, en todo caso, se trataría de una negligencia o un abandono temporal, pero « sin dolo ni voluntad de causar sufrimiento «, y ha denunciado que »se ha querido hacer un caso mediático donde no lo hay«, refiriéndose a la denuncia efectuada por la asociación animalista Pacman. El Ministerio Fiscal ha mantenido sus conclusiones definitivas y ha solicitado una pena de un año y ocho meses de prisión , al entender que los hechos han quedado acreditados y que el acusado ha incumplido su deber de cuidado al no garantizar el acceso de las reses a agua y alimento. El caso ha quedado visto para sentencia.