Cara y cruz para Marcos Automoción, uno de los mayores grupos empresariales de la provincia y también uno de los grandes grupos de concesionarios del país. Por un lado, la firma con sede en Orihuela logró mantener e incluso incrementar su volumen de facturación, a pesar de la incertidumbre y los problemas que aquejaron a todo el sector. Pero, por el otro, el conglomerado no pudo evitar la entrada en números rojos ante el aumento de los costes -en especial los financieros-, el sobre estocaje de años anteriores y las consecuencias de la crisis de los motores puretech, que afectaron a dos de las marcas más importantes que distribuye, como son Peugeot y Citroën.