El murciélago de orejas largas del Turkestán no había sido visto desde 1970. Se creía extinto. Pero una expedición alemana lo redescubrió en una cueva del desierto del Karakum, ofreciendo las primeras imágenes modernas de un mamífero que desafió al tiempo y al cambio climático. El hallazgo podría reescribir la historia de la biodiversidad de Asia Central.