Japón acaba de lograr lo que parecía imposible. Ha convertido el agua salada en electricidad y lo llama “energía azul”

Tras décadas buscando alternativas limpias, Japón inaugura una planta capaz de transformar agua salada en energía osmótica. Es el segundo país del mundo en hacerlo, después de Dinamarca. El experimento, aún en fase inicial, podría abastecer a cientos de hogares y marcar un punto de inflexión en la historia de las energías renovables.