Los narcos del Guadalquivir

LA marisma es una zona históricamente misteriosa. Ahí traza el Guadalquivir recovecos invisibles, guaridas ignotas, islas inhóspitas y paisajes de agria belleza. La Guardia Civil irguió hace un siglo su cuartel de vigilancia contra el estraperlo en el poblado de Colinas, hoy paraíso del arroz con pato, porque desde esta pequeña atalaya de La Puebla del Río se podía divisar el Atlántico. Pero el jeroglífico que traza el agua dulce en su camino hasta Sanlúcar se ha convertido en un laberinto de la cocaína. Lejos quedan los tiempos en los que la mayor ilicitud del río estaba en los barcos anguleros, que anclaban su actividad en la pesca del alevín de la angula para vender las capturas en los restaurantes... Ver Más