«No sé, no me acuerdo». Cuántas veces hemos escuchado esa frase en las aulas de los institutos y de la Universidad, cuando un profesor pregunta por la lección y el estudiante, sin haber abierto el libro, recurre a esa muletilla para esquivar la evidencia de su falta de preparación. Una respuesta que encubre la ignorancia voluntaria, la pereza intelectual o, sencillamente, la desidia. Lo que antes quedaba en el ámbito escolar, sin embargo, ha pasado a instalarse en la esfera política con una eficacia pasmosa. Hoy esa misma expresión se ha convertido en una coartada pública. Políticos de todos los partidos, cuando son llamados a rendir cuentas por sus decisiones, por sus reuniones o por sus negocios, acuden a la... Ver Más