Rocío Ramos-Paúl, psicóloga de 'Supernanny': «Hay madres y padres que no permiten que un tercero corrija el comportamiento de sus hijos»

Hay padres y madres que rechazan cualquier intento de terceras personas por corregir a sus hijos , incluso cuando el comportamiento del menor es inapropiado. Frente a lo habitual hace años, cuando la educación de los niños se entendía como una tarea colectiva, en la actualidad muchos progenitores no permiten que nadie ajeno a ellos se encargue de esta tarea. De esta forma, hay muchos padres que reaccionan a la defensiva ante una corrección externa, como si se tratara de un ataque personal o una crítica a su estilo de crianza. Una actitud que deriva en una sobreprotección del menor muy negativa para su educación en sociedad. Y es que esta tendencia puede generar niños que no reconocen figuras de autoridad más allá de sus padres y que, con el tiempo, tendrán dificultad para adaptarse a las normas sociales. Algo sobre lo que ha advertido Rocío Ramos-Paúl , popular psicóloga gracias al programa de televisión 'Supernanny'. «¿Cuántas veces nos estamos encontrando con que las madres, padres, no permiten que un tercero corrija el comportamiento de sus hijos ?», ha señalado la psicóloga en su sección en el programa 'Atrévete' de Cadena Dial. Ramos-Paúl ha ido más allá y ha puesto un ejemplo concreto: « Un niño dando patadas al sillón de alante . Y la madre no hace nada, que es lo fuerte de este tema. El señor que le corresponde las patadas se da la vuelta y le dice al niño: 'Oye, podrías estar tranquilito un poco'. Y la madre se pone como una fiera ». En este sentido, la psicóloga de 'Supernanny' explica a los padres y madres lo perjudicial que es para la educación de sus hijos no permitir que terceras personas corrijan su mal comportamiento. Y es que, según Ramos-Paúl, se trata de algo esencial para que el niño «se haga responsable de su comportamiento» . «Si yo dejo que el de alante le diga a mi hijo que le está molestando, estoy trabajando tres cosas fundamentales », indica la psicóloga. En primer lugar, explica, enseña al niño que su comportamiento «molesta» a la otra persona . En segundo lugar, señala Ramos-Paúl, educa al niño en la empatía : «Si yo permito que el de alante lo diga, empiezo a generar empatía: es verdad, es molesto ir con las patadas continuamente». Además, el menor aprende otro valor clave para su educación: respeto . La psicóloga explica que la intención de la madre o el padre con este tipo de conductas suele ser «proteger al niño». Sin embargo, consiguen realmente que « no aprenda a convivir con normas que son las que nos facilitan la convivencia y que incorpore el respeto». De esta forma, Ramos-Paúl concluye que se trata de un «nuevo ejemplo de sobreprotección », que en realidad es « desprotección para un niño que lo que entiende es que puede hacer lo que le dé la gana donde le dé la gana». La psicóloga lo tiene claro. Lejos de abroncar a la persona que corrige el mal comportamiento de tu hijo, lo que hay que hacer es «echarle la bronca» . «Es importante que los chavales entiendan que hay que ceder el sitio en el autobús, hay que respetar cuando a alguien le estás molestando... Es decir, que se hagan responsables de su comportamiento », asegura. Para la experta, sobreproteger al hijo en estas situaciones está relacionado con «los casos de bullying , acoso, falta de respeto con la autoridad o con cualquier institución que estamos viendo». «Es superfácil decirle a tu hijo: 'Deja de dar patadas que estás molestando'. Es superfácil que el de alante le diga: 'O dejas de dar patadas o tenemos que buscar una solución'. Y, sin embargo, seguimos protegiendo para desproteger », concluye Ramos-Paúl.