Valencia es un crisol. Allí se gesta la mancha que se extiende en la política española. PP y Vox negocian una acción de gobierno que sustituya el bienestar por el bien aparentar. La ultraderecha llevará al próximo gobierno del PP la agenda de sus demonios: inmigración y política ambiental. Y Juanfran Pérez Llorca, que apunta a heredero de Mazón, tendrá que comprar la mercancía caducada o dar paso a las urnas.