Cinco lecciones sobre propósito, coherencia y legado empresarial

¿Qué ocurre cuando el propósito no es un eslogan, sino el origen mismo de una empresa? En esta conversación entre Javier Goyeneche (Ecoalf) y Beatriz Magro (Komvida Kombucha), moderada por Tomás Pereda (Fundación MásHumano), dos modelos de liderazgo muestran que rentabilidad y conciencia pueden crecer de la mano. Ambos coincidieron en que la verdadera innovación empieza mucho antes que cualquier plan de negocio: surge del impulso de mejorar el mundo que habitamos. Él decidió crear la marca sostenible que no encontraba; ella quiso ofrecer una alternativa saludable y transformadora a los refrescos tradicionales. Dos puntos de partida distintos que confluyen en una misma idea: el propósito no se escribe, se encarna. A lo largo de la conversación, ambos relataron el vértigo y, al mismo tiempo, la pasión de mantener esa coherencia cuando las cifras no acompañan o las decisiones duelen. Hablaron con la serenidad de quien ha comprobado que la rentabilidad no se opone al compromiso, sino que se sostiene sobre él. «Hay que pelear mucho con los inversores para mantenerte fiel al propósito, pero al final te apoyan», recordó Goyeneche. Magro subrayó, por su parte, que la sostenibilidad real empieza por el territorio y las personas: fabricar en su tierra, dar empleo a mujeres rurales, elegir el vidrio frente al plástico aunque suponga perder margen. «Nuestro propósito es contribuir a una vida más saludable, y eso no puede quedarse en el envase». Rentabilidad y sostenibilidad, una doble responsabilidad para el liderazgo «El reto no es tener que elegir entre propósito o beneficios económicos», explica Goyeneche, «sino demostrar que se puede ser rentable sin traicionarse». Las empresas conscientes deben mantener sus cuentas equilibradas para probar que otro modelo económico es viable: más lento, sí, pero más sólido, humano y duradero. Talento y cultura: atraer solo a quienes entienden tu porqué y lo comparten Las compañías con esta hoja de ruta convierten sus valores en un filtro natural. «Sería una locura contratar a alguien que no entienda lo que somos», reconoce Beatriz Magro. En Ecoalf ocurre igual: «Hay quien se identifica con tu causa y quiere trabajar contigo», señala Javier Goyeneche. La pertenencia nace de la afinidad, no del contrato. La coherencia, un valor silencioso que también se mide en las renuncias Sostener estos valores exige tomar ciertas decisiones difíciles. Ecoalf ha rechazado campañas y promociones que habrían disparado sus ventas; Komvida se niega a acortar el proceso natural de fermentación de su bebida. «No puedes hacer trampas, te pillan en la primera», dice Magro. La confianza se construye con hechos, no con discursos. El propósito como brújula y faro frente a la incertidumbre de los cambios «Cada decisión que tomamos por el planeta acaba siendo buena para la empresa», sostiene Goyeneche. En Komvida, la coherencia se impone incluso cuando implica perder rentabilidad: fabricar en vidrio o producir en su tierra natal. «Sin esta brújula, iríamos cada día en una dirección distinta», afirma Magro. Nacer de una convicción, no de una oportunidad de negocio Tanto Ecoalf como Komvida surgieron de una necesidad íntima, no de una estrategia de mercado. «Tenía claro el porqué antes que el plan», resume Magro. Goyeneche, por su parte, creó la marca «porque no existía la empresa sostenible que soñaba». Ambos partieron de la misma intuición: transformar el mundo haciendo lo correcto.