A sus 81 años recién cumplidos (los hizo en septiembre), Manolo Carmona Dávila dice que no se ha llegado a jubilar «ni me jubilaré jamás, esa palabra no está en mi diccionario». Sí ha dejado de madrugar. Cada día se levanta a la hora «a la que le apetece a mi cuerpo». Una etapa que, sin embargo, no agradece, «porque significa que tu edad es muy avanzada, ley de vida». Dice estar tranquilo, «porque he cumplido mi deber, el que yo he creído que era mi deber».