Nadie sabe cómo un pueblo sin reyes construyó el templo más grande de Mesoamérica. Hasta que la ciencia reveló su secreto en Aguada Fénix

Bajo la selva de Tabasco se escondía una plataforma de más de un kilómetro y medio de largo, tan vasta que solo los ojos del láser pudieron verla. Su origen no está en la tiranía, sino en la cooperación. Aguada Fénix revela que los primeros mayas no necesitaban poder, solo propósito.