El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín , ha adelantado este lunes que la institución que encabeza volverá, por segundo año consecutivo, a organizar un acto propio para celebrar el Día de la Constitución después de que el Gobierno regional no permita que intervenga en el acto institucional que se celebra en la Real Casa de Correos. «Nos vemos obligados a tener que organizar un acto de la Constitución en representación del Gobierno de España», ha manifestado Martín durante el acto de presentación de la iniciativa '50 años en Libertad' en la librería Rafael Alberti para conmemorar el medio siglo de la muerte del dictador Francisco Franco. El delegado ha señalado que, como ya ocurrió el año pasado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha decidido «silenciar la voz del Gobierno de España» en un acto que «tradicionalmente se organiza conjuntamente» en la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia madrileña. «La presidenta decidió cambiar unilateralmente el formato de ese acto y nos obligó a tener que organizar un acto independiente en el que, por supuesto, estuvo invitado el Gobierno regional, aunque no respondió. Desafortunadamente, a la vista de las circunstancias parece que nada va a cambiar, pues no hemos recibido ninguna señal en sentido contrario», ha lamentado Martín. El delegado ha subrayado que el acto organizado por la Delegación del Gobierno estará vinculado «de una forma muy trasversal» precisamente por la efeméride de los 50 años de la muerte de Franco. Además de este acto, ha señalado que se aproximan «semanas intensas» de actos para conmemorar los «50 años en libertad». Ya el año pasado la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid actuó de la misma forma por, según apuntaron en su momento, «responsabilidad institucional y para no permitir que la voz del Gobierno quede silenciada». Martín envió entonces una misiva al Ejecutivo autonómico en el que pedía una rectificación pero para la que «no hubo respuesta». El delegado del Gobierno destacó que esta decisión era «firme y meditada» ante la negativa del Gobierno madrileño de darle voz en el acto, como sí había sido tradición en las últimas dos décadas, y alertó ya entonces de «una falta de altura de miras y de responsabilidad institucional». Por su parte, la Comunidad de Madrid aseguró que el delegado estaba invitado a asistir al acto, aunque no aclaró si podría intervenir en el mismo. En aquella ocasión, la polémica se enmarcó en las tensiones con el Gobierno central después de que Ayuso no fuera invitada a la inauguración del AVE Madrid-Asturias.