La Córdoba que transformó Rafael de La-Hoz: “Lo que ocurrió en los 50 fue una reactivación de la vanguardia de los años 20”

El Centro de Arte Rafael Botí inaugura la muestra ‘Córdoba 1924-2000. La ciudad y el tiempo de Rafael de La-Hoz’, comisariada por José María Báez y Óscar Fernández El Centro de Arte Rafael Botí acoge desde este martes 11 de noviembre hasta el 7 de diciembre la exposición ‘Córdoba 1924-2000. La ciudad y el tiempo de Rafael de La-Hoz’ , una ambiciosa muestra que propone un viaje de casi ocho décadas por la evolución cultural, social y artística de la ciudad en la que desembarcó el urbanista a mediados del siglo XX. Concebida como una suerte de novela visual, la exposición reconstruye el contexto en el que vivió y trabajó el arquitecto Rafael de La-Hoz Arderius (1924-2000), una de las figuras clave en la modernización de la Córdoba del siglo XX. Comisariada por José María Báez y Óscar Fernández, reúne 271 piezas procedentes de 25 instituciones públicas y privadas, entre documentos, esculturas, pinturas, fotografías, publicaciones, grabados y material de archivo. Todo ello forma una crónica coral del siglo XX cordobés, donde la arquitectura, el arte, la literatura y la vida urbana se entrelazan para explicar el espíritu de una ciudad que, a mitad de siglo, se reinventó a sí misma, pero que lo hizo sobre una base previa: los movimientos vanguardistas de los años 20 que abortó la Guerra Civil. Inauguración de la exposición 'Córdoba, 1924-2000: la ciudad y el tiempo' de Rafael de la Hoz El epitafio de un homenaje en tres actos El delegado de Cultura de la Diputación, Gabriel Duque, ha explicado que esta exposición completa un ciclo de homenajes dedicados al centenario del nacimiento de Rafael de La-Hoz: “Esta muestra parte de un homenaje en tres partes: una exposición dedicada a su obra pública, otra centrada en su obra privada y, por último, esta tercera, que funciona casi como un epitafio, un recorrido por el tiempo en el que él vivió, los tres últimos cuartos del siglo XX”. Esa idea del tiempo como materia expositiva guía toda la propuesta. No se trata tanto de una retrospectiva sobre un arquitecto como de un retrato colectivo de una ciudad y su transformación. Córdoba se convierte aquí en el verdadero sujeto narrativo, y la arquitectura de De La-Hoz aparece como catalizador de un cambio más amplio: el paso de una urbe tradicional a una ciudad moderna, abierta a la vanguardia y a las corrientes culturales europeas. “La exposición habla de Córdoba y de lo que ha pasado entre 1924 y 2000”, señala el comisario José María Báez, que ha construido un recorrido cronológico y emocional que abarca desde la Córdoba republicana y la Guerra Civil hasta los albores del siglo XXI. “Hacemos un barrido de todo el tiempo en el que vivió Rafael de La-Hoz. Él llega a la ciudad en 1950, recién terminada la carrera, y empieza a trabajar justo cuando Córdoba se abre a la modernidad”. Inauguración de la exposición 'Córdoba, 1924-2000: la ciudad y el tiempo' de Rafael de la Hoz La ciudad como relato Esta cronología está representada por un total de 271 obras de artistas como el propio Rafael de La-Hoz, Ricardo Molina, Juan Bernier, Pablo García Baena, Félix Hernández Giménez, Antonio Jaén Morente, Carlos Castilla del Pino, Equipo 57, Antonio Povedano, Miguel del Moral, Ladislao Rodríguez Benítez (Ladis), Enrique Moreno Rodríguez, Rogelio Luque Díaz, Carlos Sáenz Santa-María de los Ríos, José Rebollo Dicenta, Pepe Espaliú, Aldo Rossi o incluso Julio Romero de Torres, que es con quien arranca la muestra. Una muestra que, insiste Báez, no se trata de un catálogo cerrado de nombres ni de obras: “No aspiramos a establecer un canon, sino a ofrecer una selección subjetiva, consciente de sus ausencias”. Ausencias que ha justificado en que el espacio de la sala obliga a sintetizar, y porque el espectro histórico es tan amplio que lo importante era mantener la coherencia del relato. Por eso mismo, los comisarios han renunciado a las cartelas tradicionales: la exposición se acompaña de un libreto-guía ( se puede descargar aquí ) que funciona como un texto literario, casi como una novela coral de la ciudad, convirtiendo la muestra en una exposición para recorrer con un libro en la mano, aunque sin dejar de mirar el contenido: fotografías históricas, revistas de época, proyectos urbanísticos, esculturas y pinturas que dan testimonio de una Córdoba que buscaba un lugar en el mapa cultural de España. Inauguración de la exposición 'Córdoba, 1924-2000: la ciudad y el tiempo' de Rafael de la Hoz El resplandor olvidado de los años 20 y 30 Porque, aunque hay referencias a nombres esenciales como Equipo 57 o Cántico, también se cuentan episodios menos conocidos que ilustran la riqueza del tejido artístico local. Uno de los hallazgos más llamativos de la muestra es la recuperación de materiales poco explorados, como la revista Ardor , publicada en 1936 y de la que solo llegó a editarse un número. “Esa revista es el ejemplo perfecto del destello de modernidad que vivió Córdoba en los años 20 y 30, un fenómeno del que apenas se ha hablado”, explicaba Báez. En ella participaron artistas de ideologías muy distintas —falangistas, socialistas, republicanos— que fueron capaces de coincidir en un mismo proyecto cultural. Ese espíritu se perdió con la Guerra Civil y la represión posterior. Óscar Fernández coinciden en que la exposición plantea que el impulso moderno de los años 50 no surgió de la nada, sino que reactivó una vanguardia interrumpida por la contienda. “Lo que ocurre en los 50 fue una reactivación de un proyecto frustrado en los años 20 y 30”, sostiene Fernández, que ha trabajado en la reconstrucción del contexto cultural, político y social de la época. “Queríamos que el visitante entendiera cómo fue posible que un arquitecto madrileño, recién llegado, pudiera convertir una ciudad de provincias en una de las capitales de la modernidad española”, añade Fernández. “La respuesta está en ese germen de modernidad que ya existía antes de la guerra”. Inauguración de la exposición 'Córdoba, 1924-2000: la ciudad y el tiempo' de Rafael de la Hoz