El Govern aprueba una nueva estrategia de transporte en tren hasta 2050 en la que resucita los grandes proyectos del eje transversal, entre Lleida y Girona, y la línea orbital Vilanova-Martorell-Mataró Govern y ERC acuerdan que la nueva empresa de Rodalies sea parte de Renfe pero presidida por la Generalitat El mapa ferroviario de Catalunya que conocemos en la actualidad se contruyó, sobre todo, en el último cuarto del siglo pasado. Pero el Govern de Salvador Illa cree que puede dar un nuevo salto adelante en los próximos 25 años. Para ello, el Ejecutivo ha aprobado este martes la estragia ferroviaria de Catalunya, el documento que marca las líneas estratégicas hasta 2050 con un objetivo: responder a una demanda de tren que se prevé que crezca má de un 20%. El nuevo documento da protagonismo a dos grandes proyectos, como son el eje transversal y la línea orbital. Dos ideas que están en un cajón desde la época del Tripartit, pero que Illa quiere reimpulsar como forma de conectar las comarcas del interior de Catalunya y de la segunda corona metropolitana en las que, aunque la población ha crecido por encima del 30% desde el año 2000, aún la penetración del transporte público es baja. La línea Línia Orbital Ferroviària conectaría Vilanova i la Geltrú y Vilafranca del Penedès con Martorell y de allí pasaría por Terrassa y Sabadell, después por Mollet y Graonellers, para acabar en Mataró. Se trata de uno de los proyectos clave del nuevo mapa del tren, porque permitiría cohesionar territorialmente con Barcelona y con el resto de capitales provinciales la zona urbana que ha experimentado un mayor crecimiento. La Orbital sería, además, una de las líneas más sencillas de acabar, pues ya está conectada en muchos puntos y solo necesaría “cerrar” el recorrido y operarla como servicio completo. La mayoría de las áreas metropolitanas europeas cuentan con este tipo de líneas que circunvalan la capital sin cruzarla, lo que contribuye a descongestionar el centro. El llamado eje transversal ferroviario es otro de los proyectos estratégicos y conectaría la ciudad de Lleida con la de Girona. Se trata en este caso de una línea de alta velocidad que uniría localidades situadas a lo largo de 300 kilómetros donde viven 1,5 millones de personas fuera del Área Metropolitana de Barcelona. Junto a estos dos proyectos estrella, el documento prevé también una movilidad ferroviaria basada en el impulso de tranvías locales, de los que se prevé hasta cinco nuevos: el de la Costa Brava y cercanías de Girona, el del Bagés, el de Terres de l'Ebre, el del Camp de Tarragona y, en estudio, el del Pirineo entre la Seu d'Urgell y Sant Julià de Loira. Se incorpora además la conexión por la Diagonal de los dos tramos de tranvías existentes en la ciudad de Barcelona. Otra de las novedades que se plantean es la construcción de nuevas estaciones de alta velocidad: una en cada uno de los aeropuertos de Reus (Tarragona) y de Girona-Costa Brava, y una mas en Vilafranca del Penedès. Este nuevo mapa ferroviario tiene como soporte las actuales conexiones de Rodalies y tren convencional de Renfe, FGC y Alta Velocitat, además del metro de Barcelona. La Generalitat quiere potenciar su papel en todo este esquema, convirtiéndose en la autoridad ferroviaria de Catalunya y remarcando su importancia a la hora de financiar tanto la construcción de infraestuctura como la compra de material. Esto último, la renovación y licitación de nuevo material rodante, ha sido uno de los grandes quebraderos de cabeza en servicios como el de Rodalies. Para solucionarlo, la Generalitat estudia la posibilidad de constituir una empresa pública que se dedique específicamente a la compra de material y que pueda suministrar a todas las operadoras ferroviarias públicas existentes en Catalunya. Una empresa de este tipo, que existe en otros países y también en el ámbito estatal, vinculada a Renfe, permitiría a la Generalitat hacer comandas más grandes, tener una política industrial vinculada y tener un mayor control sobre la renovación de los vehículos que presentan servicio en las vías catalanas. La necesidad de controlar estos aspectos tiene que ver sobre todo con la nueva gobernanza de Rodalies, a través de una empresa mixta en la que la Generaltiat participará junto a Renfe, y que el documento da por seguro a partir del año que viene. Otra de las cuestiones centrales vinculadas a la nueva empresa de Rodalies es la formación de maquinistas y personal ferroviario, que el Govern también considera estratégica. Catalunya ha sufrido de un gran déficit de conductores de trenes que ha llevado a una excesiva movilidad laboral que ahora se quiere paliar. Todo este gran nuevo dibujo ferroviario supondría, según los cálculos de los técnicos de la Generalitat, un esfuerzo inversor similar al que ya se ha hecho entre 2000 y 2025, que se cifra en unos 30.000 millones de euros. Hasta ahora, según los números de la parte catalana, Estado y Generalitat han aportado aproximadamente la mitad cada una, aunque en el caso de lo aportado por el Ministerio de Transportes (antiguo Fomento), ha estado especialmente vinculado al alta velocidad.