Cada 45 minutos se produce un accidente en las carreteras españolas provocado por animales salvajes. En Castilla y León, esta cifra se ha traducido en 12.000 siniestros durante el pasado año, afortunadamente sin víctimas mortales, lo que supone un crecimiento del 7% con las provincias de Burgos, León y Soria a la cabeza. Así lo ha explicado el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, en una entrevista en Herrera en COPE. Santiago Iturmendi ha señalado que la causa principal de este aumento de siniestros es la sobrepoblación de especies como el jabalí. "Hay una sobrepoblación muy clara, y lo que es peor, todos los indicios apuntan a que los 2.000.000 actuales que se estima la población de jabalís en España, en un plazo de 5 o 6 años se va a doblar", ha afirmado. Esta situación anticipa un futuro "todavía peor". Según Iturmendi, la caza es la "principal" herramienta para controlar las poblaciones. Sin embargo, critica que la administración está creando más problemas y burocracia para los permisos, especialmente con la imposición del precinto digital en la comunidad desde abril. Este sistema, asegura, es "un impedimento muy importante" para la gente mayor del mundo rural y desincentiva la actividad, por lo que pide "buscar fórmulas que la hagan más sencilla". Otra solución que "ayudaría mucho a evitar los accidentes" es la señalización de los puntos negros en las carreteras, como la N-110 y la N-122. Iturmendi ha explicado que las jefaturas de tráfico "saben perfectamente los puntos negros" y propone instalar señales luminosas y de limitación de velocidad, como se hace en otros países de Europa, para "bajar la siniestralidad". Además de los accidentes, la sobrepoblación de jabalíes provoca daños en la agricultura, afectando a cultivos como maíces, girasoles y viñedos. Respecto a la responsabilidad, Iturmendi ha aclarado que, según la Ley de Seguridad Vial, los cotos de caza solo responden por los accidentes cuando "han sido los que han producido los movimientos de los animales" durante una cacería y en las 24 horas posteriores.