Dentro de unos años, cuando los antropólogos analicen cuando se jodió definitivamente la idiosincrasia de la especie humana, llegarán a la conclusión de que uno de los factores que contribuyeron a conseguirlo fue la moda del teletrabajo. A eso de las ocho y media de la mañana, medio país se sienta frente a la pantalla de un ordenador con el mismo gesto de resignación con que antes lo hacía frente al volante de su automóvi. La diferencia es que ahora el tráfico se mide por la velocidad del wifi y los atascos se solucionan reiniciando el rúter. Una buena amiga, hiperactiva y responsable a carta cabal, me confesó el otro día que ya no sabe distinguir entre jornada laboral y... Ver Más