Carlos Alberto Videira do Orfao recibió sepultura el 20 de julio de 2023 en Viana do Castelo (Portugal). Desaparecido en Vigo el 13 de octubre de 2018, su cadáver se halló casualmente en un pozo en Porriño el 21 de febrero de 2021 y no fue hasta marzo de 2022, tras la difusión de un pionero retrato-robot, que el ADN esclareció que ese cuerpo le pertenecía. Aún tuvo que pasar otro largo año hasta que sus restos mortales fueron trasladados a la ciudad lusa donde nació. Su familia recuerda que fue un «sacrificio económico enorme», pero que no pararon hasta traerlo de vuelta a su país para que sus padres, ya mayores y «rotos de dolor» por la pérdida de uno de sus tres hijos, lo pudiesen tener cerca. Ahora tienen otra lucha por delante. El juzgado ha archivado provisionalmente el caso, pero acaban de presentar un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra: «Lo único que nos mueve es buscar justicia; el dinero derivado de una desgracia no trae alegría a nadie».