¿Sabe alguien contar?

Los que formamos parte de la generación X, llamados boomers por la chavalería moderna, otrora denominados arritrancos o productos con fecha de consumo preferente, aquellos que tenemos la edad de Homer Simpson, Spiderman o el Capitán Trueno, puede ser que nos hayamos quedado más atrás que el rabo de un perro en muchas cosas, como no saber emplear todas las funciones del Excel, lo cual es imposible, desconocer que significan términos como «crush», «cringe», «shippear, «stalkear», «random», «hype», «bro» o «funar», o entender porque la peña se compra los pantalones rotos y los paga como si fueran nuevos, pero contar, vamos si sabemos contar, somos unos verdaderos expertos, al nivel de Bernhard Riemann, Leonhard Euler o del mismísimo Euclides, pues nos criamos en una época donde la escasez para muchos era una máxima compartida socialmente, vamos que estábamos más pelaos que una raspa, y aprendimos las operaciones matemáticas con los cuadernillos Rubio, infalibles, con la ayuda inestimable de los consejos del Conde Draco, Epi y Blas y Triki, el monstruo de las galletas, personajes de Barrio Sésamo y compulsionados con algún que otro calbote, pues recordemos que en aquella época eso que «la letra con sangre entra» aún se practicaba en los colegios, si no que se lo dijeran a Don Honorato, que en Paz Descanse. Con esos mimbres, como para no saber sumar.