Naranjas, fresas, arándanos, sandías, melocotones ... Cuando pensamos en este tipo de alimentos nuestra mente los engloba en la categoría de frutas. Sin embargo, si pensamos en la judía verde, la coliflor, la acelga… no dudamos en meterlas en el saco de las verduras. Pero ¿qué pasa con el tomate? ¿y con la calabaza y el calabacín? Estos alimentos los solemos clasificar como verduras cuando, por el contrario, ¡son frutas!