El agua se ha convertido en uno de los grandes desafíos del siglo XXI. A medida que el cambio climático altera los ciclos naturales y los recursos se vuelven más escasos, la innovación tecnológica emerge como una aliada esencial para garantizar su gestión y preservación. Así lo indican las iniciativas presentadas por Global Omnium en EFIAQUA 2025 , la feria de referencia en innovación y tecnología del agua, donde el grupo valenciano ha puesto sobre la mesa los proyectos con los que busca redefinir la gestión hídrica en Europa. Desde hace años, la estrategia de la entidad gira en torno a un principio sencillo pero ambicioso: aplicar la tecnología más avanzada para ofrecer un servicio impecable, garantizando la calidad del agua y reduciendo al máximo las pérdidas en la red. «Llevamos mucho tiempo apostando por la innovación para ofrecer un servicio eficiente, procurando que no se pierda ni una gota por el camino», señala Dionisio García , CEO del Grupo Global Omnium. Esa visión se ha materializado en soluciones como el georradar con GPS centimétrico, una tecnología capaz de localizar canalizaciones enterradas y conocer con exactitud su profundidad y posición en superficie, todo ello sin necesidad de realizar excavaciones. Este sistema permite anticipar incidencias antes de acometer obras o reparaciones, acortando los tiempos de intervención y reduciendo los costes. En un contexto de presión sobre los recursos hídricos, cada hora y cada litro cuentan. Pero lo que se muestra en Efiaqua va más allá de un escaparate de avances técnicos. Detrás de cada desarrollo hay una hoja de ruta, marcada por cinco retos estratégicos: la calidad del agua, la eficiencia en el uso de los recursos, la economía circular, la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad. Cinco frentes abiertos que, lejos de funcionar por separado, se integran en una misma estrategia de transformación del sector. El trabajo no se limita al ámbito nacional. Los equipos de Global Omnium colaboran con entidades y proyectos europeos, participando en redes de innovación que buscan soluciones conjuntas ante los desafíos climáticos y ambientales. La apuesta es decidida: 33 millones de euros de inversión en innovación hasta 2026, centrados en digitalización, sostenibilidad y mejora de los sistemas de gestión. La meta no es solo tecnológica, sino también ambiental y social. Optimizar el ciclo integral del agua significa reducir el consumo energético, evitar fugas, promover el uso circular de los recursos y proteger los ecosistemas de los que depende el suministro. Todo ello en línea con los compromisos internacionales de sostenibilidad y con una clara vocación de liderazgo en el sector. En Efiaqua, las demostraciones prácticas han servido para poner en valor ese esfuerzo. Los asistentes han podido comprobar cómo la tecnología de detección sin excavación permite intervenir en redes urbanas con una precisión inédita, un avance que multiplica la seguridad y la eficiencia de los trabajos. Pequeños cambios que, aplicados a gran escala, tienen un enorme impacto en la gestión del agua. En definitiva, lo que se ha visto en Valencia es el reflejo de una estrategia a largo plazo: utilizar la ciencia, la ingeniería y la innovación para cuidar de uno de los bienes más preciados y escasos del planeta. Una carrera que no se mide solo en cifras de inversión, sino en litros de agua ahorrados, emisiones evitadas y ecosistemas preservados. Porque en un mundo cada vez más seco, cada gota cuenta.