El Cabildo reconoce la labor conjunta que salvó la Mezquita-Catedral del fuego de agosto

Tres meses después del incendio que puso en vilo a Córdoba y al mundo entero, el Cabildo Catedral ha rendido homenaje a quienes, con su rápida actuación y coordinación ejemplar, evitaron que el fuego registrado el pasado 8 de agosto en la Mezquita-Catedral dejara consecuencias irreparables. El acto, celebrado este miércoles en el Palacio Episcopal, ha reunido a representantes de todas las instituciones y cuerpos de emergencia que participaron en la extinción y en la gestión posterior del siniestro. El deán del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva, abrió el encuentro recordando la “efectiva intervención de los bomberos y del personal del Cabildo”, que permitió controlar el incendio en sus primeras fases. “Fueron muchas las personas y organismos implicados en el Plan de Autoprotección y Salvaguarda, y este acto nace del deseo sincero de agradecer a todos su compromiso”, señaló Nieva, subrayando que el trabajo conjunto y la preparación previa “fueron claves para proteger uno de los monumentos más valiosos del mundo”. Durante su intervención, el deán también quiso destacar la labor silenciosa que vino después, cuando los equipos técnicos y restauradores del Cabildo trabajaron para evaluar los daños y garantizar la recuperación de la zona afectada. “El esfuerzo colectivo ha permitido que hoy podamos mirar atrás con gratitud, sabiendo que el patrimonio está en buenas manos”, expresó, extendiendo su reconocimiento a los medios de comunicación “por su rigor y su colaboración en momentos de incertidumbre”. El obispo de Córdoba, Jesús Fernández, coincidió en que lo ocurrido aquel día dejó una lección valiosa: “La unión de muchas voluntades hace posible resolver las crisis más graves, sean un incendio o cualquier otra amenaza a nuestra convivencia”. El prelado subrayó el valor de la prevención y la coordinación entre administraciones, calificando el dispositivo desplegado como “un ejemplo de eficacia fruto del trabajo constante de los últimos años”. “Seguiremos avanzando en esa línea de cooperación, convencidos de que cuidar el patrimonio es una tarea común que nos une a todos”, añadió el obispo, quien también quiso agradecer los mensajes de apoyo y las oraciones llegadas desde distintos puntos del país y del extranjero. A su juicio, la respuesta recibida “ha sido un signo hermoso de unión en torno a la Mezquita-Catedral y a lo que representa para Córdoba y para el mundo”. Entre los asistentes se encontraba el alcalde de Córdoba, José María Bellido, quien recordó las horas de angustia vividas aquel 8 de agosto y cómo la actuación coordinada logró evitar una tragedia mayor. “Lo que pudo ser una desgracia se convirtió en un ejemplo de colaboración institucional y humana. Ese día se demostró que, cuando se trabaja desde la lealtad y el respeto mutuo, Córdoba responde unida”, afirmó. En reconocimiento a la implicación de todas las entidades participantes, el Cabildo hizo entrega de cordobanes —tradicionales piezas de cuero repujado que simbolizan gratitud y respeto— a las instituciones que formaron parte del operativo. Entre ellas, el Ayuntamiento de Córdoba, la Subdelegación del Gobierno en España, la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, la Policía Nacional, la Policía Local, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, Protección Civil, los servicios de emergencias 112 y 061, la Gerencia Municipal de Urbanismo y la empresa Prosegur. El personal del Cabildo también recibió este reconocimiento: arquitectos conservadores, restauradores, técnicos de mantenimiento, equipos de seguridad y comunicación. Todos ellos fueron piezas esenciales en el proceso de control y recuperación del monumento. El acto contó con la presencia del presidente de la Diputación, Salvador Fuentes; la subdelegada del Gobierno, Ana López; y el delegado del Gobierno andaluz, Adolfo Molina, entre otras autoridades. El homenaje concluyó con un mensaje compartido por todos los presentes: la defensa del patrimonio no es solo una tarea institucional, sino un compromiso colectivo. La rápida respuesta ante el incendio de agosto, fruto de años de trabajo coordinado, ha dejado en Córdoba un ejemplo de eficacia, cooperación y amor por su historia.