El invierno demográfico está provocando que en las sociedades occidentales se haya abierto un debate sobre cómo gestionar los cuidados que necesitará una población cada vez más envejecida. Y la propuesta que se está abriendo paso en varios países, entre ellos Reino Unido, Dinamarca, Finlandia y Singapur, es integrar los servicios sanitarios y sociales, para que la atención sea coordinada, la persona mayor o dependiente no tenga que llamar a varias puertas y los cuidados tengan en cuenta las necesidades globales de cada usuario.