La geografía española es una caja de sorpresas, un collage perfecto de espectaculares y variadas estampas naturales y ciudades y pueblos configurados a partir de una mezcla de estilos, obra de las múltiples culturas que habitaron el país y de los diferentes periodos históricos. Muchos son los destinos que parecen haberse detenido en el tiempo, y no porque no hayan avanzado, sino porque han sabido mantener su esencia, eso que les hace únicos y atractivos. A destacar son aquellos de trazado y herencia medieval, villas con calles empedradas y estrechas, restos de murallas defensivas y fortalezas que cuentan historias de caballeros y doncellas y que, además, atesoran un rico patrimonio. Perfectos para descubrir de forma pausada durante un fin de semana son estos diez pueblos donde la magia cobra vida. Albarracín es uno de esos pueblos a los que volver una y otra vez, un destino que enamora por su belleza y autenticidad y cuya estampa de tonos rojizos completa un entorno natural privilegiado. En su irregular casco urbano es su plaza Mayor , que se asienta sobre un primitivo foso natural de la muralla que se rellenó en el siglo XI, punto de partida de toda visita. Desde aquí hay que dirigirse hacia la Catedral, no sin antes parar en su mirador. Construida sobre la mezquita musulmana con una gran torre coronada por azulejos, guarda algunos tesoros, como su órgano barroco o el retablo de madera de pino y trazas renacentistas de la capilla de Santa María Magdalena . Anexo al templo se levanta el Palacio Episcopal , el edificio residencial más importante del pueblo. Las iglesias de Santiago y la de Santa María , en cuya nave se alternan elementos góticos y mudéjares, así como retablos y capillas de gran calidad, la Torre Blanca, construida como atalaya de vigilancia de la hoz que conforma el río Guadalaviar y el Portal de agua (una de las cuatro puertas de la villa) son otros puntos a tener en cuenta. La imagen de Albarracín la cierra su castillo, el cual se erige sobre un peñasco con forma triangular. Sus restos, que han sido fechados a partir del siglo X, tenían la consideración de Medina. Además de las torres defensivas y los aljibes, destacan las excavaciones de varias viviendas que evocan lo que debió ser una corte palacial. Un puente fortificado sobre el río Fluvià da paso a Besalú , una villa que presume de contar con uno de los conjuntos medievales mejor conservados de toda Cataluña. Situado en un cruce de caminos al este de la Garrotxa, a unos 35 kilómetros de Girona, este pueblo conserva la personalidad y su aspecto medieval con un casco antiguo de gran interés. Además del citado Pont Vell, una construcción de casi 150 metros de longitud que data del siglo XII –aunque a lo largo del tiempo se ha sometido a numerosas restauraciones– y que destaca por su torre fortificada de planta hexagonal y sus siete arcos de medio punto, hay que ver su plaza Mayor porticada , las iglesias de Sant Vicenç (siglo XII), donde se conserva una capilla gótica dedicada a la Vera Cruz, y la de Santa María , situada en el recinto de lo que había sido el castillo, la casa Cornellà , considerada la edificación de arquitectura románica civil mejor conservada de Cataluña y la iglesia románica de Sant Pere , lo único que se conserva del antiguo monasterio. Además, hay que pasear por su barrio judío, donde se sitúa el Miqvé, antiguos baños que los judíos utilizaban para la purificación del cuerpo ubicado en una casa de piedra con bóveda de cañón, típicamente románica, que data del siglo XII y que fue descubierto de casualidad, en 1954, por un vecino que iba a perforar un pozo. A apenas 22 kilómetros de Córdoba, en pleno valle del Guadalquivir, está Almodóvar del Río , un pueblo de obligada visita. Sobre lo alto de un cerro, vigilando el pueblo, está su castillo, una i mponente fortaleza medieval cuya imagen actual es fruto de diferentes periodos constructivos entre los siglos X y XIV, siendo de este último sus torres más destacadas de estilo gótico-mudéjar. Además, esta construcción cuenta con un amplio historial de grabaciones, a destacar 'Los Dardanelos' con Ava Gardner y la serie de ' Juego de Tronos '. En un paseo por sus empinadas calles salpicadas de casas blancas se pueden ir descubriendo algunos de sus elementos patrimoniales más destacados como son: la iglesia de la Inmaculada Concepción, la ermita del Rosario y San Sebastián , utilizada como escuela, cárcel y almacén de cereales –además de parroquia–, el edificio del Ayuntamiento de 1752 y la Casa de los Natera , un ejemplo típico señorial construida en 1777 y distribuida en torno a un patio central de la que destaca su portada de estética barroca. En el corazón de Navarra , a una media hora en coche de Pamplona , se sitúa Olite , un pueblo de calles empedradas, robustas casonas solariegas con imponentes blasones en las fachadas, galerías medievales, murallas romanas, arcadas góticas y bonitas iglesias. Si por algo es conocido este destino es por su Palacio Real que, declarado Monumento Nacional desde 1925, parece haber salido de un cuento de princesas. Considerada como una de las fortalezas medievales más lujosas de Europa, esta presenta una peculiar configuración en la que se puede palpar la influencia de la arquitectura francesa y de la decoración mudéjar. Y si bonito es su castillo, más bonita es la plaza en la que se ubica, la de Carlos III el Noble . De aspecto medieval y rodeada de terrazas, alberga el Ayuntamiento, que fue construido siguiendo el estilo de las casas nobles del siglo XX, la torre de Chapitel o torre del reloj, uno de los edificios de arquitectura civil más emblemáticos de la localidad, y las Galerías medievales, construidas a finales del siglo XIII. Unida a esta construcción está la iglesia de Santa María la Real , un ejemplo delicadísimo del gótico de Navarra en cuyo interior se celebraban las ceremonias más solemnes de la corte. Para terminar la visita hay que ver también la iglesia de San Pedro (siglo XII), en la que llaman la atención su impresionante fachada románica y su claustro, el convento de San Francisco y el Museo del Vino , situado en el antiguo palacio del Santo Ángel. En la lista de los pueblos más bonitos de la provincia de Guadalajara destaca una joya medieval situada estratégicamente para controlar el paso del alto Henares y los valles de los ríos Dulce y Salado. El valioso patrimonio histórico y monumental de esta localidad, la ha colocado en los primeros puestos de la lista de los destinos más visitados de toda Castilla-La Mancha. Recorrer Sigüenza es toda una aventura que ha de comenzar en el Castillo de los Obispos que, construido en el siglo XII en lo alto de un pronunciado cerro sobre los restos de una antigua alcazaba musulmana, ha servido durante casi seis siglos de residencia habitual para numerosos obispos. Este edificio, que hoy funciona como Parador de Turismo, es también su postal más típica, imagen que se completa con su otro gran tesoro, la c atedral de Santa María , un bello ejemplar del cisterciense o primer gótico de la que merece la pena destacar las capillas de los Arces, de San Pedro y de la Anunciación , así como sus rosetones góticos de los siglos XII-XVI y la famosa estatua del Doncel de Sigüenz a . Una delicia es caminar sin prisas por su bonito casco antiguo, declarado Conjunto histórico-artístico. Su plaza Mayor , de estilo renacentista y porticada en uno de sus lados, la Casa del Doncel , un antiguo palacio del gótico tardío, los restos de murallas y sus cinco puertas, la iglesia de Santiago, templo románico del siglo XII del que destaca su portada y el medallón del apóstol Santiago, y el monasterio de Santa María de los Huertos , edificio del siglo XVI situado en el espacio donde se encontraba una antigua iglesia visigoda de la que hoy día solo quedan restos de sus torres, son algunas de las paradas a anotar en la lista de imprescindibles. Sobre una colina rodeada de viñedos, en el corazón de la Rioja Alavesa, se eleva Laguardia , un pueblo fundado en el siglo X como defensa del reino de Navarra que conserva prácticamente intacto su bonito trazado medieval. Esta villa amurallada acoge verdaderas joyas bajo sus límites, como la iglesia de Santa María de los Reyes , templo que comenzó a construirse a finales del siglo XII en estilo románico –se finalizó en el XV– del que destaca su pórtico gótico realizado en piedra que conserva en perfecto estado su policromía del siglo XVII y en cuyas jambas se pueden ver las figuras de los doce Apóstoles. A tener en cuenta también es su retablo mayor barroco y la torre Abacial que se encuentra exenta a los pies del templo, una torre-castillo que sirvió de defensa a las murallas. Paseando por sus estrechas calles se pueden ver espléndidos edificios, como la Casa de la Primicia (siglo XIV), el más antiguo de la villa de carácter civil, o la iglesia fortificada de San Juan Bautista . Uno no puede marcharse de aquí sin descubrir alguna de las cuevas o bodegas familiares del siglo XVI que se esconden bajo sus calles. En la confluencia de los ríos Ara y Cinca, en la comarca de Sobrarbe , se dibuja Aínsa, un coqueto pueblo en el que el tiempo parece haberse detenido. Pasear por las calles empedradas de su casco antiguo, declarado Conjunto histórico-artístico, permite admirar ese aire medieval que lo impregna todo, así como sentir el calor de su gente. Su corazón y punto de partida de cualquier ruta es su plaza Mayor porticada , en la que se alza la iglesia de Santa María (del siglo XII), uno de los mejores ejemplos del románico del Alto Aragón. Tras detenerse ante las fachadas de casa Arnal (siglo XVI) y casa Bielsa (siglos XVI-XVII), hay que acercarse a ver su castillo, cuya parte más antigua es la Torre del homenaje que, levantada sobre los restos árabes en el siglo XI, acoge el Eco museo centro de visitantes. En el patio de armas se celebra cada año en el mes de julio el Festival de música Castillo de Aínsa . Este destino es, también, un punto de partida privilegiado para descubrir el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Jerez de los Caballeros está considerado como el centro artístico más importante del barroco extremeño. Situada en el suroeste de Badajoz, entre dehesas y suaves colinas, esta villa que ha sido escogida recientemente con Capital del Turismo Rural cuenta con un trazado urbano, declarado conjunto artístico monumental en 1966, que aún mantiene la huella de la Edad Media. Del legado que dejó a su paso la Orden del Temple destacan la muralla con las dos puertas que se conservan: la de la Villa y la de Burgos, y su alcazaba, una enorme fortaleza cristiana del siglo XIII que ocupa el emplazamiento de una fortificación musulmana anterior de la que destaca su torre del Homenaje, conocida como Torre Sangrienta porque en ella se ajustó a los últimos caballeros templarios. Más allá de esto, no hay que perder de vista los palacios construidos por la nobleza jerezana a partir del siglo XIV, como el de Guzmán Sotomayor, el de los Marqueses de San Fernando o el de Rianzuela , la iglesia de Santa Catalina , cuyo interior sorprender por su retablo mayor de gran valor artístico y sus altares laterales barrocos y renacentistas, y la de Santa María de la Encarnación , a la que se le atribuye un origen visigodo según reza una inscripción tallada en una de sus columnas, y la casa museo de Vasco Núñez de Balboa. En la Comarca de las Merindades , a orillas del río, se encuentra Frías , una villa medieval que ostenta el título de la ciudad más pequeña de España, pues tiene poco más de 250 habitantes. Dicha categoría se la concedido el rey Juan II en el año 1435 por su importancia estratégica y defensiva. Su principal monumento e imagen más destacada es su fortaleza, situada sobre una peña que domina el Valle de Tobalina . Este castillo tiene su origen en el siglo X, pero su época de mayor esplendor que lo dotó de su aspecto actual es de los siglos posteriores (del XII al XV). A destacar la torre del homenaje, un mirador de excepción a la población y los alrededores. La iglesia de San Vicente , situada en el otro extremo, compite en belleza con el castillo. La traza primitiva fue románica, pero ha llegado hasta la actualidad con una mezcla de estilos de los que sobresale el barroco. Los conventos de San Francisco y de Vadillo, la iglesia de San Vitores, el puente medieval , de origen romano y reconstruido varias veces en la Edad Media, y el mirador del Valle de la Tobalina son otros de los imprescindibles a tener en cuenta en una ruta por este destino. Ni que decir tiene que lo más importante es pasear por su casco histórico, un conjunto medieval construido sobre el cerro de la Muela en el que las casas parecen estar colgadas del mismo. En la comarca del Besaya , a unos escasos 5 kilómetros del mar Cantábrico, Santillana del mar es una villa medieval de empedradas calles calificada como Conjunto histórico-artístico y uno de los centros culturales y turísticos más conocidos de Cantabria. Su patrimonio está presidido por la colegiata románica de Santa Juliana , de la que cabe destacar su retablo mayor que mezcla elementos del gótico flamígero y del plateresco. En un paseo por su entramado urbano se pueden ver las torres de Merino y Don Borja , que figuran entre las construcciones civiles más antiguas de la localidad, las casas del Águila y la Parra , el palacio y la torre de Velarde y los palacios de Barreda, Tagle y Villa . No se puede hablar de este destino sin hacer mención a la Cueva de Altamira, calificada como la capilla Sixtina del arte rupestre y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Si bien está permanece cerrada a las visitas públicas, existe la posibilidad de visitar su museo y la Neocueva, una reproducción tridimensional realizada con absoluto rigor científico. A los pies de la Sierra de Guadarrama , ubicado sobre un promontorio que forma una curva en herradura sobre el río Lozoya entre los embalses de Riosequillo y Puentes Viejas, se sitúa uno de los pueblos más pintorescos de la Comunidad de Madrid. Buitrago de Lozoya cuenta con un casco antiguo declarado Conjunto histórico-artístico rodeado por una espectacular muralla de origen árabe al que se accede por la Torre del reloj , una de las entradas medievales de la villa construida en el siglo XIV. Tras sus muros milenarios se levanta el castillo o alcázar del siglo XV –erigido por orden de la familia Mendoza–, una construcción de herencia mudéjar con planta cuadrada y siete torres todas ellas diferentes entre sí. Otro de sus edificios que destaca en su estampa principal es la iglesia de Santa María del Castillo , levantada durante los siglos XIV-XV y de estilo gótico cuya construcción fue impulsada por el Marqués de Santillana. El Museo Picasso, el puente viejo o del Arrabal , construido con piedra de granito en la Edad Media, y el mirador natural de Buitrago , ubicado en el monte frente al castillo, son otros de sus puntos más destacados.