Es puro relato pretender que los de Junts no saben lo que dicen y acabarán pactando y, además, contraproducente, ya que no tomándolos en serio no se hacen amigos nunca Señor, (...) dígovos que o yo só çiego, o vós desnuyo ides. Infante don Juan Manuel Hoy los tejidos color ilusión se tejen con la prisa del sustentador del poder o del hacedor de candidatos. Hoy no son los pobres o los rústicos los que no pueden ver el rico brocado que cubre al rey sino los tachados de fachas que se niegan a reconocer la magnificencia con que luce un presidente sin respaldo. Hans Christian Andersen tejió su relato basándose en otros anteriores como el ejemplo 32 de los recogidos en El Conde Lucanor. Quiere decirse que en España ya les íbamos por delante en el arte de narrar con moraleja. Así que ayer Míriam Nogueras asumió el papel del niño que grita al paso del rey: “¡Pero si va desnudo!, con la diferencia de que no lo hace con la inocencia de la infancia sino con la retranca del que ha tirado de los ropajes hasta arrancarlos. ”Esta relación se ha acabado“ reiteró formalmente por, al menos, tercera vez. ”No puede escapar de decirnos cómo piensa gobernar sin la mayoría que necesita“, señaló desde la tribuna y dejó desnudo cualquier relato que los que se dedican a ello quieran superponer. Porque esa es, en efecto, la principal necesidad que acecha al Gobierno, decirnos cómo va a hacer para gobernar dos años en minoría parlamentaria. Todo lo demás es hojarasca. Es puro relato pretender que los de Junts no saben lo que dicen y acabarán pactando y, además, contraproducente ya que no tomándolos en serio no se hacen amigos nunca. Es una pretensión vacía defender el estado del bienestar y lo público sin poder aprobar ni leyes ni decretos-ley que contribuyan a ese fin. Todo queda en total suspenso. Las leyes de Bolaños para lograr una Justicia domesticada, no saldrán. Incluso si judicialmente te vienen mal dadas, nada podrás reformar (loado sea). No se podrá pagar el precio que nadie ponga ni nadie podrá ponerle ya precio a un apoyo que resultará baldío. Esta relación se ha acabado. Oírlo y no aceptarlo es siempre patético. Es más no te acerca nunca al que decidió romper y te pone en muy mala situación para recuperarte tu mismo del golpe. Vivimos en una democracia parlamentaria. Todo gira en torno al parlamento. La legitimidad del gobierno procede del parlamento. Y el presidente lleva razón: “la suerte de mucha gente depende de lo que aquí se aprueba”, por eso es tan incomprensible pretender que la suerte de tanta gente pueda quedar congelada durante tanto tiempo. Sánchez llevaba razón también cuando le decía a Rajoy en 2018 que “sin presupuestos no hay nada que gobernar” pero es que, además, sin mayoría no hay con quien gobernar. Todo lo demás, lo contaba mejor Andersen. Y que sí, que Ayuso es un horror, que está transformando en un horror capitalista Madrid, que apoya hasta al de Ryanair, pero las consecuencias de eso las dirimiremos los madrileños y compete a Óscar López convencer a los más posibles de que su propuesta es mucho mejor. Que lo de las mamografías es un horror, que Mazón es un tipo terrible que hasta yéndose lo ha hecho mal y que hasta Feijóo te puede parecer un mindundi, pero que nada de eso cambia el hecho fehaciente de que te has quedado sin mayoría en las Cortes. Solo en un país presidencialista esto es una complicación que no determina el mandato presidencial, pero España no lo es. Ningún primer ministro puede continuar adelante con minoría parlamentaria. Vamos, es tan obvio que sin el control de la Mesa y de la presidencia la derecha se podría hinchar a legislar ante sus propias narices. “Esta relación se ha acabado”. No es momento de sacar los trapos sucios del vecino ni de contar que aquel otro pretendiente es un indeseable ni de intentar culpar a todos de tu soledad. En todo caso no sirve para nada. Es un esfuerzo estéril. “Utilizar el miedo de la gente a un gobierno de derechas español para justificar un apoyo a cambio de nada es indecente” ha señalado con el dedito Nogueras. Uno puede desear lo que sea -que siga gobernando Sánchez-, uno puede temer lo que sea -que Vox toque poder- uno puede ser líder en esperanza, pero en un sistema de democracia parlamentaria el número de diputados que te respalda es el número áureo de tu realidad. ¿Con qué objeto arrastrar a todas esas gentes cuyo futuro y bienestar depende de lo que emane de la soberanía nacional a una parálisis tamaña? ¿Qué interés general se puede esgrimir para hacerlo? No vale lo del estado del bienestar y el patriotismo, ya hemos visto que sin poder convertir en norma nada es papel mojado. En puridad la salida constitucional a este impasse, que no es una parada técnica, es o someterse a una moción de confianza o convocar elecciones. Todo lo demás no será sino un esfuerzo titánico por aguantar sentado para que no se siente otros, con la seguridad además de que tu resistencia solo hará crecer a los menos deseables de todos. Que en las autonomías del PP, fatal. Pues ya votarán los señores de esas autonomías. Que sacar una foto del jefe de la oposición de hace décadas, cuando te están sacando cintas en las que una de tus militantes afirma que cohechan y amenazan y extorsionan en tu nombre, es un poco traído por los pelos. Que pensar que con mera voluntad cambia la inestable situación real es casi milagro de taza de Mister Wonderful. Yo, particularmente, no le veo salida a esta agonía que no pase por la lógica constitucional. “Usted quiere anclarse al poder”, la del dedo delator se viene arriba. A fin de cuentas, aunque Nogueras no sea una niña inocente cuando señala a Sánchez, la moraleja del cuento sigue siendo la misma: No siempre lo que grita la mayoría coincide con la realidad... ya si la que grita es una minoría, ni te cuento. Sánchez va desnudo de diputados, aunque como el rey del relato levante digno la cabeza y siga marchando hacia adelante ¿por cuánto tiempo puede hacerse eso en democracia?