Tres víctimas de violencia sexual en el colegio San José de Bermeo logran una petición de perdón y una indemnización

Tres años después de unas denuncias que se extendieron también al colegio Berrio-Otxoa de Bilbao, las víctimas se congratulan de que se haya "conocido la verdad" El presidente de Alemania prepara un viaje a Vitoria y Gernika como desagravio por el bombardeo nazi de 1937 Tres víctimas que denunciaron delitos contra la libertad sexual en el colegio menesiano San José de la localidad vizcaína de Bermeo han conseguido reparación después de un proceso de más de tres años. Según informa EiTB , la investigación ha derivado en una petición de perdón a las víctimas, así como en el abono de una indemnización y el compromiso de financiar el tratamiento psicológico en caso de que alguna de ellas lo requiriese. Las víctimas, en un comunicado hecho público este miércoles, han transmitido su “más sincero agradecimiento” a aquellos que las han acompañado a lo largo de “tres años y ocho meses” de su “proceso de reparación”. “A todos y cada uno que finalmente nos escucharon, arroparon, nuevamente, gracias por estar ahí. Ha sido un proceso con muchos altibajos, pero finalmente se ha conocido la verdad. Hasta siempre”, se puede leer en el escrito. El caso lo destapó en febrero de 2022 EiTB, la radiotelevisión pública vasca. “Te toqueteaba, te cogía la mano para que le tocaras [...] Yo estaba aterrorizada, ese verano me quitó la niñez. Había veces que te llamaba por megafonía y para mí era como ir al matadero. Te trincaba hacia él, te acercaba sus partes a las tuyas y te empezaba a dar besos por el cuello y la cara [...] Tenía miedo, temblaba”, relataba sobre el director del colegio Karmele, que sufrió los abusos cuando contaba 8 años . Karmele fue una de las personas que brindó sus testimonios a EiTB, que llegó a recabar hasta trece. Además, tanto ella como otra mujer elevaron sus denuncias a la diócesis. Aquel hombre, al que se conocía como hermano Felipe, fue director del centro entre los años 1979 y 1981. El religioso fue trasladado al año siguiente al colegio Berrio-Otxoa de Santutxu, en Bilbao, donde se destaparon más casos. “Se ganaba el cariño de los críos, y cuando ya te tenía, te llevaba al despacho, te sentaba en las piernas, te daba caricias, besitos”, contaba una de las víctimas, que en ese caso eran todos hombres, puesto que en la época el centro era masculino. Ante las denuncias de 2022, Isabel Llauger, portavoz del colegio, subrayó que al religioso se le había apartado de todo contacto con menores. “Al hermano Felipe se le apartó de cualquier contacto que pudiese tener con menores y se le pidió que explicase si recordaba estos hechos acontecidos hace más de 40 años. Él reconoció los hechos e hizo un vídeo donde explicaba y pedía expresamente perdón a las personas que se hubiesen sentido víctimas y que él había hecho víctimas”, sostenía la portavoz. En el marco de la investigación emprendida por la Diócesis de Bilbao en torno al caso, tres de las víctimas se reunieron con los responsables y, siempre según EiTB, se les mostró un vídeo en el que, tras haberlo negado públicamente, el acusado reconocía los hechos y les pedía perdón. En aquel momento, las víctimas trasladaron que aquel perdón se les hacía insuficiente y exigieron que fuera público.