Herencia de la monarquía

Todos los amantes del progreso somos republicanos hasta que nos tocan la cuestión de las herencias. Ahí nos convertimos en monárquicos involuntarios, al aceptar como lógico el hecho de que los hijos hereden de sus padres todo aquello que puedan y quieran legarles. Un negocio, un piso, un trono o lo que sea.