Un total de 426 personas recibieron la ayuda para morir en España en 2024, de las 905 nuevas solicitudes presentadas. Esto supone un aumento del 27,5 por ciento en comparación con el año anterior, 2023, cuando se practicaron 334 de las 766 solicitadas. Por contra, los datos facilitados este martes por el Ministerio de Sanidad también revelan que en el último ejercicio se ha duplicado el número de revocaciones voluntarias, las personas que después de haber solicitado la eutanasia se arrepienten y acaban renunciando a ella. Si en 2023 fueron 21 las personas que revocaron, en 2024 la cifra ascendió a 54, lo que supone que renunció el 5,81 por ciento del total de solicitudes, uno de cada veinte. Se trata de datos ofrecidos por el 'Informe Anual de 2024 sobre la Prestación de Ayuda para Morir ', la recopilación de información que elabora cada año el Ministerio de Sanidad. Así, el departamento de Sanidad ha publicado que en 2024 se finalizaron 929 procesos que estaban abiertos. De estos, 803 solicitudes fueron presentadas y resueltas en ese mismo periodo de tiempo. Pero también han especificado que en esos meses se cerraron otros 126 casos abiertos que se habían iniciado y que seguían pendientes desde años anteriores. De esos expedientes, fueron 426 personas las que recibieron esta ayuda para morir. Esta cifra revela además otro importante dato: se practicaron entonces un 45,86 por ciento de los casos solicitados. Además, hubo un total de 308 (esto es, un 32,51 por ciento) que fallecieron durante el proceso de tramitación esperando una respuesta. El informe también revela retrasos significativos en la tramitación. El tiempo medio entre la solicitud y la resolución de la Comisión de Garantía y Evaluación fue de casi 53 días, por encima de los plazos previstos por la ley. Esta demora explica, en parte, que más de un tercio de los solicitantes falleciera antes de completar el proceso. Un crecimiento en el número de eutanasias en un año que se concentra básicamente en dos comunidades autónomas: Cataluña y Madrid. En Cataluña, la comunidad que tradicionalmente ha liderado el número de eutanasias practicadas, los datos suben de 94 en 2023 a 142 en 2024. En Madrid, los casos casi se han duplicado al pasar de 35 a 62. Así, del aumento de 92 eutanasias en el último año, 75 se practicaron en estas dos comunidades. En el resto, la variación es de más-menos cinco casos, excepto la Comunidad Valenciana donde hay un descenso de 10, al pasar de 26 en 2023 a 16 en 2024. Con respecto a las revocaciones, el aumento ha sido más del doble de las que se produjeron en 2023, 54 frente a 21. Según el momento de ese desistimiento, hubo 38 casos donde el paciente detuvo el proceso de forma muy temprana, antes de la segunda solicitud. Luego, entre la segunda y la resolución final, se dieron 7 casos donde el enfermo cambió de opinión mientras la comisión evaluaba el expediente. Después de la aprobación de la comisión fueron 9 las personas que ya tenían el permiso del sistema sanitario y, sin embargo, decidieron cancelar el proceso y renunciaron finalmente a la eutanasia. «De las 508 solicitudes aprobadas por la CGyE en 2024, 55 personas (10,83 por ciento) pidieron aplazamiento de la prestación. Dos tercios de esos aplazamientos (34 casos, 61,82 por ciento) terminaron finalmente en una prestación», explican también desde el departamento de Sanidad. Además, de esas casi mil peticiones registradas, otras 141 fueron denegadas (15,18 por ciento) por no cumplir con los requisitos legales para para recibir la prestación de ayuda para morir. Estos requisitos están recogidos en la artículo 5 de dicha norma: tener la nacionalidad española o haber acreditado un tiempo de residencia en el territorio nacional superior a 12 meses, además de ser mayor de edad; disponer por escrito de información suficiente sobre su enfermedad y proceso médico, así como alternativas a la eutanasia; haber formulado dos solicitudes de forma voluntaria y por escrito, con 15 días de margen, que demuestren que no hay presión externa , y, por supuesto, sufrir una enfermedad grave e incurable y prestar consentimiento informado a recibir la prestación. Según explicó Sanidad, las instancias evaluadoras emitieron 157 informes desfavorables a solicitudes de eutanasia (puede haber más de un informe por solicitud o proceso). De estos, 75 fueron objeto de reclamación. Finalmente, 20 de esas reclamaciones fueron estimadas por la Comisión de Garantía y Evaluación (CGyE), revirtiendo la denegación inicial y permitiendo que estos casos se aprobaran como prestaciones, ya contabilizadas dentro del total de 426 prestaciones realizadas en 2024. El crecimiento en los casos de eutanasia también conlleva un aumento en la donación de órganos: en 2024, 63 personas donaron sus órganos , lo que representa el 14,79 por ciento de las prestaciones realizadas. Desde 2021, estas donaciones han permitido 459 trasplantes, beneficiando a 442 personas. Apenas varía respecto al 2023 el perfil del solicitante. Las enfermedades de base más frecuentes volvieron a ser la neurológica (32,51 por ciento) y la oncológica (29,71 por ciento), que conjuntamente suponen el 62,22 por ciento de todos los casos. Así como el perfil mayoritario del solicitantes corresponde a personas de avanzada edad: el 76 por ciento de los procesos que se finalizaron fue destinado a personas mayores de 60 años y el grupo más numeroso que recibió esta prestación fue el de mayores de 80 años (27,77 por ciento).