Llevo cuatro días sin salir de casa esperando a que me llegue un paquete que pedí a principios de la semana pasada por Internet. Desde que recibí en mi correo el aviso de que el paquete estaba en reparto y tuve que llamar a un amigo para decirle que ya quedaríamos para celebrar las fiestas otro año de estos, he terminado de escribir todos los artículos que me quedan para publicar en lo que resta de mes y los correspondientes a la primera mitad del siguiente, he corregido las pruebas de un libro, he visto todos los episodios de la primera temporada de una nueva serie de televisión y he fregado el baño. Después de este artículo, que había dejado para el final, ya no me queda nada por hacer. Ya me explicarán cómo voy a entretener el tiempo en cuanto lo acabe. Y por de pronto, como no he podido ir al súper, se me ha terminado incluso el pan bimbo.