Los envases desechables utilizados para la comida para llevar en Mallorca generan cada año unas 2.088 toneladas de emisiones de CO2, una huella climática equiparable a la de 1.305 vuelos de ida y vuelta entre Palma y Nueva York, además de suponer millones de euros en costes de limpieza para las administraciones públicas de la Isla, según advierte un estudio de la Fundación Rezero y financiado por la Conselleria de Turisme.