Mucho antes de que los grafiteros camparan a sus anchas por las vías de tren, carreteras e incluso por los acantilados de las zonas más sensibles de la Serra de Tramuntana, Mallorca ya era tierra de graffitis. Los encontramos en edificios emblemáticos como la Catedral de Palma, en los campanarios de las iglesias, en torres emblemáticas y hasta en el interior de cuevas distribuidos prácticamente por toda la geografía de la Isla. Les invitamos a recorrer las calles con una nueva mirada, muy probablemente los muros y torreones les depararán gratas sorpresas.