Álex Abrines: «He sido un tío muy afortunado, pero sentía que era el momento de dejarlo»

Acababa el mes de julio de este año y Álex Abrines Redondo (Palma, 1993) desvelaba la noticia que muchos intuían y que circulaba desde hacía semanas por los círculos baloncestísticos. Colgaba la camiseta, se retiraba a punto de cumplir 32 años y priorizaba otras cosas en la vida por delante de la profesión que le permitió cumplir sus sueños y conseguir éxitos que le colocan a la altura de los grandes del deporte balear. Bronce olímpico en Río 2016, campeón de Liga ACB y de la Copa del Rey y segundo mallorquín en jugar en la NBA -tres años en Oklahoma-, su salida de la liga estadounidense le permitió compartir sus problemas y poner en valor la importancia de la salud mental. Ahora, el golf y su familia centran sus preocupaciones, aunque sigue la actualidad desde Mallorca, donde ha regresado junto a su familia para iniciar un nuevo periplo personal una vez finiquitada su trayectoria en la élite del baloncesto.