Santi Senso inició su vinculación con el mundo del arte de manera casi inconsciente, sin una decisión previa ni una vocación plenamente definida. Desde la infancia mantuvo una conexión natural con la expresión artística: cantaba, bailaba y participaba en actividades creativas sin imaginar que aquel impulso temprano acabaría marcando el rumbo de su vida. Su primera experiencia cinematográfica fue en Cáceres, donde interpretó al niño del pueblo en la película La Conquista (1942), sobre la figura de Cristóbal Colón, un trabajo que asumió sin prever que el arte se convertiría en su profesión.