No toda polĂtica transformadora se mide en grandes cifras ni en titulares grandilocuentes. A veces, el verdadero avance social se produce en silencio, en decisiones concretas que mejoran la vida diaria de millones de personas sin hacer ruido. En 2025, el Gobierno de Pedro SĂĄnchez demuestra que gobernar tambiĂŠn consiste en atender esas necesidades olvidadas: que un niĂąo vea bien en clase o que una persona mayor pueda sonreĂr sin dolor. El reciĂŠn estrenado Plan Veo y la ampliaciĂłn del Plan de Salud Bucodental son un buen ejemplo de esta polĂtica Ăştil que no siempre ocupa los titulares, pero que se siente de inmediato en casa. No son ayudas espectaculares ni cantidades desorbitadas, pero sĂ medidas profundamente justas que corrigen desigualdades cotidianas. Son la esencia de un Estado del Bienestar que prioriza la igualdad real, la prevenciĂłn y la dignidad frente a la lĂłgica de los recortes y la privatizaciĂłn que sigue marcando la agenda de la derecha. Durante aĂąos, problemas como la salud visual y bucodental fueron tratados como cuestiones secundarias, casi privadas. Tener gafas adecuadas o acudir al dentista dependĂa mĂĄs del nivel de renta que de la necesidad mĂŠdica. Esta normalizaciĂłn de la desigualdad ha tenido consecuencias educativas, sanitarias y sociales que, por fin, se abordan desde lo pĂşblico. El Plan Veo nace precisamente para romper una de esas barreras invisibles. La medida concede hasta 100 euros anuales a menores de 16 aĂąos para la compra de gafas o lentes de contacto. Puede parecer una ayuda modesta, pero para muchas familias cubre prĂĄcticamente todo el coste de la correcciĂłn visual. En hogares con ingresos ajustados, esa diferencia es clave. Los problemas de refracciĂłn —miopĂa, hipermetropĂa o astigmatismo— afectan a un porcentaje significativo de la poblaciĂłn infantil. Cuando no se corrigen a tiempo, impactan directamente en el rendimiento escolar, la concentraciĂłn y la autoestima. Un niĂąo que no ve bien no aprende igual, y esa desventaja puede acompaĂąarlo durante aĂąos. Convertir la salud visual infantil en una cuestiĂłn de equidad social es una decisiĂłn polĂtica de primer orden. El diseĂąo del Plan Veo refuerza su vocaciĂłn igualitaria. Con una dotaciĂłn de 47,7 millones de euros hasta finales de 2026, la ayuda se aplica directamente en las Ăłpticas adheridas, sin trĂĄmites burocrĂĄticos complejos para las familias. No hay cupos cerrados por comunidades autĂłnomas: el presupuesto se va utilizando segĂşn la demanda real, garantizando que cualquier niĂąo o niĂąa, viva donde viva, tenga el mismo derecho efectivo a ver bien. Algo muy parecido ocurre con el Plan de Salud Bucodental, una de las reformas mĂĄs relevantes —y menos reconocidas— del sistema sanitario en las Ăşltimas dĂŠcadas. Durante demasiado tiempo, la odontologĂa fue la gran ausente de la sanidad pĂşblica. MĂĄs allĂĄ de las urgencias, millones de personas quedaron abandonadas al mercado privado, generando una brecha social profunda. Desde 2022, el Gobierno de Pedro SĂĄnchez ha ido ampliando progresivamente la cartera pĂşblica de servicios bucodentales, con una inversiĂłn acumulada que alcanza los 248 millones de euros hasta 2025. No se trata...