5 restaurantes con tardeo para animar las sobremesas de Navidad en Sevilla

Si hay algo que define la manera sevillana de celebrar —y más aún en Navidad— es no ponerle prisa a la mesa. Comer bien es solo el principio, lo verdaderamente importante llega después, cuando la sobremesa se estira, aparecen las copas y la conversación empieza a coger otro ritmo. Ahí nace el tardeo en Sevilla , un plan que mezcla gastronomía, ocio y ese arte local de enlazar un brindis con otro sin necesidad de cambiar de sitio. Diciembre, con su agenda de comidas de empresa, reencuentros familiares y citas con amigos que solo se ven una vez al año, es el terreno perfecto para este tipo de planes. Los días se acortan, pero las sobremesas se alargan. Y cada vez son más los restaurantes que entienden el tardeo como parte natural de la experiencia: se come, se baja la luz, sube la música y la copa entra en escena sin estridencias. En esta guía reunimos cinco restaurantes de Sevilla donde comer bien y alargar la sobremesa con copas, espacios pensados para que el paso del almuerzo a la tarde sea fluido, cómodo y festivo. Un plan infalible para las sobremesas navideñas… y para no mirar el reloj. Si hay un restaurante en Sevilla que entiende la sobremesa como parte esencial del plan, ese es Malandro . En pleno Arenal y a un paso de la Maestranza , este espacio se ha consolidado como uno de los grandes comodines para comer bien y alargar la tarde sin cambiar de escenario. La clave está en su planteamiento por capas. En la planta baja, El Bar funciona como una abacería contemporánea de cocina ininterrumpida, perfecta para empezar sin rigideces: barra animada, mesas altas y bajas, buen producto y un tapeo senvillo: chacinas, salazones, tortillas hechas al momento, guisos, brasas suaves y una carta pensada para compartir marcan el arranque del almuerzo. A partir de ahí, la sobremesa fluye sola. La música sube ligeramente, aparecen las copas y la conversación se estira sin prisas. Para quienes quieren dar un paso más, Malandro permite que la sobremesa siga creciendo sin moverse del sitio. Tras el almuerzo en El Bar o en su restaurante de la primera planta, más reposado y centrado en las brasas, se puede culminar en la terraza de la azotea, uno de sus grandes atractivos, donde l a coctelería y los combinados toman el relevo con vistas a la Maestranza. Un recorrido natural que convierte el almuerzo en un auténtico plan de tardeo navideño. Con una puesta en escena elegante y muy cuidada, Chicarreros se ha consolidado como uno de esos restaurantes pensados para comer sin prisas. Este proyecto del grupo Catalina propone un concepto ecléctico, con cierto aire de club , donde la experiencia va mucho más allá del plato. El local, situado en una calle peatonal tras el Ayuntamiento, invita a aislarse del bullicio del centro. En su interior domina una decoración íntima y sofisticada, con tejidos que aportan calidez, iluminación envolvente y un ambiente pensado para alargar la estancia sin sensación de urgencia. No es casualidad que este año haya entrado en la Guía Michelin, un reconocimiento que refuerza su propuesta gastronómica y su cuidado por el detalle. La cocina se mueve en un terreno europeo contemporáneo, con guiños constantes al producto nacional. Entre los platos más celebrados destaca su steak tartar de vaca madurada con tuétano de hueso de caña, uno de los imprescindibles de la casa. El amplio horario ininterrumpido —de 13:00 a 00:00 horas— convierte a Chicarreros en un lugar ideal para estirar el almuerzo y enlazar con una copa o un cóctel, manteniendo siempre un ambiente elegante, tranquilo y muy propicio para el tardeo navideño. No hay tardeo sin Casa Ozama, ni Casa Ozama sin tardeo en Sevilla . No hace falta decir que lo inventaron, pero casi. Todo en este espacio está pensado para comer bien, alargar la sobremesa y dejar que el plan evolucione, sin fricciones, hacia la fiesta. Cuando un sitio se presenta con el lema «Lo que pasa en Ozama, se queda en Ozama», deja bastante claras sus intenciones. Ubicada en una villa modernista de 1912, Casa Ozama despliega más de 800 metros cuadrados repartidos en salones, barras, terrazas y jardines exuberantes que funcionan como un auténtico imán social. Desde las 13:00 horas y hasta bien entrada la madrugada, el ambiente va subiendo de intensidad con actuaciones en directo, coctelería de autor y un público que llega a comer… y se queda. La propuesta gastronómica acompaña el ritmo: cocina mediterránea pensada para compartir, con carnes y pescados a la brasa, arroces y platos que invitan a alargar la mesa. A partir de ahí, solo queda dejarse llevar por el ambiente, pedir otra copa y confirmar que, efectivamente, lo que pasa en Ozama… se queda en Ozama. La variedad de terrazas y espacios de Río Grande lo ha convertido desde su apertura en uno de los grandes templos del tardeo sevillano. Un enclave privilegiado a orillas del Guadalquivir , con la Torre del Oro como telón de fondo, donde el plan fluye sin esfuerzo hasta a la copas de media tarde. Su propuesta combina restaurante, zonas de tapeo más informal, reservados acristalados con vistas al río y varias terrazas al aire libre que se disfrutan especialmente en esta época del año. La cocina mira al recetario andaluz con acierto, con tapas y platos pensados para compartir: ensaladilla, croquetas, salmorejo o solomillo al whisky, junto a mariscos, arroces secos en paella y pescados y carnes a la brasa. El horario continuo, de 13:00 a 1:00 h, y su cuidada coctelería de autor hacen que Río Grande sea un lugar idóneo para alargar la sobremesa sin prisas, copa en mano y con vistas, consolidándose como uno de los planes infalibles para el tardeo navideño en Sevilla. Sin duda, una de las aperturas más potentes del año en Sevilla. Casa Inquieta abrió en noviembre para darle una nueva vida a la histórica Taberna del Alabardero, ahora reinterpretada bajo el lema «la Sevilla de siempre, como nunca». Y lo hace, además, como un espacio especialmente pensado para el plan que nos ocupa: comer bien y alargar la sobremesa. El proyecto despliega varios escenarios que permiten que el tardeo fluya. En la planta baja, una barra bistró de corte sevillano invita al tapeo informal —abacería clásica, guisos, frituras y cocina de producto—, perfecta para empezar el encuentro. A este nivel se suma una de sus grandes novedades: un tablao flamenco en el patio Magnolio, que aporta ese punto de espectáculo y ambiente que anima cualquier sobremesa. En la primera planta se sitúa el restaurante Alabardero Casa Inquieta, para quienes prefieren comer con más calma, mientras que la azotea incorpora una terraza rooftop que se suma al circuito de copas de la ciudad. Todo ello en un edificio cargado de historia, con salones y espacios reservados que respiran raíces andaluzas y hospitalidad.