En el programa 'Herrera en COPE', el periodista Jorge Bustos ha abordado junto a Bianca Thoilliez, profesora de Teoría de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, la crisis de la natalidad que atraviesa España. La experta ha señalado la paradoja de celebrar un nacimiento en Nochebuena en una sociedad donde cada vez nacen menos niños, y ha explicado la gravedad de lo que ha calificado como un suicidio demográfico. Thoilliez ha recordado que el nacimiento del dios cristiano “nos recuerda que un niño puede no ser ni un problema con el que cargar ni un caro proyecto que gestionar, sino una promesa de futuro, posibilidad y esperanza”. España ha registrado 318.005 nacimientos, la cifra más baja desde que existen registros comparables, con una media de 1,10 hijos por mujer. Con más fallecimientos que nacimientos, la situación es de declive poblacional. Según Thoilliez, estas cifras no se corrigen con “ayudas puntuales ni con cheques bebé”, que considera “políticas caras y poco eficaces”. La situación no es exclusiva de España. La profesora ha citado al demógrafo Nicolás Everstat, quien señala que el mundo está entrando en una nueva etapa histórica en la que la población decrece porque no nacen niños, a diferencia de épocas pasadas marcadas por guerras o plagas. En la Unión Europea, los nacimientos se han reducido a la mitad desde los años 60. Según ha advertido, “sin niños no hay futuro”, y una sociedad que pierde esta perspectiva “no se hunde solo económicamente, se vacía por dentro cultural y humanamente”. Como ejemplo, ha mencionado la película ‘Hijos de los hombres’, que imaginaba un mundo sin nacimientos donde todo colapsaba “porque desaparece la idea de mañana”. Uno de los datos más reveladores es que, según las encuestas, las mujeres en España y otros países desarrollados desean tener más hijos de los que finalmente tienen. Mientras que el número ideal se sitúa entre dos y tres, la fecundidad real está muy por debajo. Para Thoilliez, esto indica que “una parte significativa del deseo de ser padres y madres no llega a cumplirse”. La experta argumenta que se ha perdido el contexto que hace posible querer tener hijos, ya que las personas “deseamos por imitación”. Si en el entorno social lo habitual es no tener hijos o tener solo uno, eso se convierte en un “estándar invisible”. Así, las familias con tres o más hijos pasan a ser vistas como algo “exótico”. Esta falta de referentes provoca que se pierda el “saber social de formar familia”. Thoilliez lo describe afirmando que, para muchos, “el bebé aparece como un marciano absoluto que llega sin manual de instrucciones, sin garantía, sin política de devolución y sin servicio técnico”. Ante la gravedad del problema, Bianca Thoilliez ha propuesto actuar en tres niveles. El primero es el personal, donde el principal enemigo es el “aplazamiento infinito”. Ha recordado que, a diferencia del vino, el tiempo no mejora las cosas en lo que respecta a la biología. “Aquí no pasa como con el vino, el tiempo no mejora las cosas”, sentenció. El segundo nivel es el comunitario. La profesora ha subrayado que “nadie debería criar hijos en soledad” y ha destacado la importancia de una red de apoyo formada por familia, amigos y vecinos. En este sentido, ha señalado que la presencia de los abuelos es un factor clave que se correlaciona con la llegada del segundo hijo. Finalmente, en el plano político, ha instado a “exigir más legislación a favor de las familias” con una visión a largo plazo, considerando a los hijos como un bien público. Thoilliez ha concluido con una reflexión: “Apostar por vínculos duraderos y por hacerse cargo de otros no hace la vida más fácil, pero sí más grande”.