Si tienes o tuviste una hipoteca formalizada entre los años 1984 y 2019, es muy probable que formes parte de los miles de consumidores que asumieron unos gastos que, según la legislación vigente y la más reciente jurisprudencia europea, nunca deberían haber pagado. Durante décadas, las entidades bancarias impusieron de manera unilateral a los clientes la totalidad de los costes derivados de la constitución del préstamo hipotecario, sin margen real de negociación y sin una información clara sobre su legalidad.