La cesta típica de Navidad de este año cuesta un 5 % más, con productos clave que han incrementado su valor a medida que se acercaban las fechas festivas. Esta situación ha provocado un cambio en los hábitos de consumo, como el adelanto de las compras a noviembre, según constatan los comerciantes del Mercado de El Campillo de Valladolid. El día de mayor afluencia fue el 23 de diciembre, mientras que la jornada de Nochebuena transcurre más tranquila, reservada para las compras de última hora. El producto que más ha sorprendido a los consumidores este año son las almejas, cuyo precio ha experimentado una subida de entre 20 y 30 euros respecto al año pasado. "Bien asustados, asustan porque, claro, ver esos precios se asustan", explica Luis Vázquez, propietario de la pescadería Luis Y Meli en el mercado. Este incremento ha provocado que su venta haya sido "mucho menor" que en campañas anteriores. El motivo, según explican desde el sector, parece ser un problema de toxinas que ha reducido la materia prima disponible. En contraste, otros productos mantienen sus precios, como los langostinos cocidos, o incluso han bajado, como la merluza. La lubina, por su parte, ha registrado una ligera subida, pero "no exagerada, como otros años", apunta Vázquez. Más allá de los precios, se consolida una nueva tendencia de consumo: la búsqueda de la facilidad. "Está cambiando la forma de comprar, sobre todo, la cada vez la gente quiere un langostino, pues, cocido, en vez de tener que prepararlo", señala el pescadero. Este cambio de hábito se resume en una frase: "la gente quiere las cosas comodidad, muchas veces comodidad". Esta preferencia por los platos ya listos para consumir no es exclusiva de los jóvenes. "Antes era gente joven, y ahora ya empieza a ser esta gente más mayor que se queda sola y por no hacerse la comida, pues también lo hacen", comenta Vázquez. La venta de platos preparados en los puestos del mercado no para de crecer cada mes. El Mercado del Campillo también se enfrenta a un problema estructural: la falta de relevo generacional. Luis Vázquez, que regenta su puesto desde 1993, lamenta la dificultad para "encontrar gente que quiera trabajar en esto". Según sus cálculos, la ocupación del mercado se sitúa actualmente en un 80 %, lejos del lleno completo de décadas pasadas, ya que "un puesto que se jubila cuesta volver a ponerlo en marcha". A pesar de que la campaña de Navidad sigue siendo crucial, representando cerca de un 30 % de las ventas anuales, su peso ha disminuido con el tiempo. Tras las fiestas, los comerciantes se preparan para la tradicional "cuesta de enero", con un notable bajón de ventas durante los dos primeros meses del año, un ciclo que se repite anualmente.