El arzobispo de Santiago, monseñor Francisco José Prieto, ha hecho un llamamiento a recuperar la esencia de la Navidad frente a una sociedad "cada vez más acelerada". En una entrevista en Cope Galicia, ha advertido del riesgo de que las prisas nos hagan olvidar lo más importante: "No olvidemos el encuentro, el abrazo, la cercanía, la ternura". Para el prelado, la Navidad debe servir para humanizarnos y no perderse "en tanta prisa y tanto ajetreo". Durante su intervención, ha compartido también sus recuerdos más personales, evocando una infancia en la que estas fechas eran eminentemente familiares. "Siempre he tenido la suerte de celebrarla en familia", ha confesado, rememorando la tradición de preparar el belén con figuras antiguas, como "un castillo de Herodes que estaba hecho de corcho". Estas vivencias, según ha explicado, le han dejado un "recuerdo muy grato y muy vivido" que define el "sabor entrañable" que la Navidad tiene para él. Monseñor Prieto ha dedicado unas palabras especiales para quienes viven estas fechas con tristeza por la pérdida de un ser querido. Ante las "ausencias que tanto nos duelen", ha propuesto transformar el dolor en una "memoria agradecida de los que han sido y están con nosotros". Ha recordado que, aunque la vida deje "cicatrices que sean heridas curadas y sanadas", es posible encontrar consuelo en el recuerdo. El arzobispo ha señalado que el origen de la Navidad, con el nacimiento de Jesús "a las afueras de un pequeño pueblo", nos recuerda que hay personas que "tienen frío en su corazón y en sus vidas". Por ello, ha instado a no olvidar en estos días "a aquellos que, a lo mejor, su vida tiene más sombra que luz". Como cada año, el arzobispo se acerca en estas fechas a quienes viven en situaciones de especial vulnerabilidad. Una de sus visitas habituales es a la cárcel de Teixeiro, un encuentro que considera fundamental. "Estuve en la cárcel y fuisteis a visitarme", ha recordado, citando a Jesús para subrayar la importancia de acompañar a las personas privadas de libertad, cuya vida está "cercenada, rota, frágil". Sobre su experiencia en la prisión, ha compartido una dura reflexión: "Puedes mirar en vertical, ves un cielo hacia arriba, pero no ves en horizontal, o sea, no hay horizonte, hay muro". Esta cercanía con la fragilidad se extiende también a su próxima visita a la unidad pediátrica del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). El objetivo es abrazar tanto a los niños hospitalizados como a sus familias, ofreciendo un gesto de consuelo y esperanza. De cara al futuro, la Iglesia compostelana ya trabaja en el próximo Año Santo de 2027. Monseñor Prieto ha confirmado que recientemente "se ha constituido la comisión del Año Santo", que planificará un evento jubilar que se prevé "muy celebrado". Sobre la posible visita del Papa, el arzobispo ha asegurado que "las probabilidades van creciendo y están ahí", aunque ha pedido discreción. "Confío y pido al señor que nuestro querido Papa Francisco sea uno de los peregrinos", ha deseado, añadiendo que le gustaría que "su amigo Pedro venga a visitar a su amigo Santiago". Finalmente, Francisco José Prieto ha lanzado un deseo para todos, creyentes y no creyentes: "Que viváis la Navidad". Su mensaje final ha sido una llamada a la concordia, pidiendo que el nuevo año sirva para que "aprendamos a reconocernos en el corazón, a trazar y construir puentes que nos unan, y derribemos muros que nos separan".