El marisco alcanza precios de escándalo en A Coruña esta Nochebuena: "Tremendos"

El mercado de la Plaza de Lugo de A Coruña ha vivido una de sus mañanas más intensas como es tradicional en Nochebuena. Desde primera hora, cientos de personas han recorrido los puestos del mercado, especialmente en la planta baja, donde se concentra la venta de pescado y marisco, en busca de productos para la cena de esta noche. Sin embargo, la jornada ha estado marcada por los elevados precios, una constante en estas fechas. "De precios un poquito más alto, pero bueno, es lo normal", ha explicado la pescadera Teresa. Según ha detallado, la centolla ha subido hasta los 60 o 65 euros el kilo por su escasez, mientras que el percebe "bajó un poquito". El camarón, por su parte, se mantiene en una horquilla de entre 160 y 220 euros, los más grandes. La razón detrás de esta subida se encuentra en la falta de producto. Teri, otra pescadera del mercado, ha confirmado que hay especies que "ni las hay". "La almeja y los bivalvos todos, pues, por culpa de los temporales, el agua dulce, la marea roja, pues, se murió muchísima y no hay", ha lamentado. La nécora también ha experimentado una fuerte subida de precio por la misma razón. A pesar de la escasez, algunos productos han reaparecido para la ocasión, como el besugo. "Hoy hasta fui capaz de coger besugo, que hace años que no tenía besugo yo en Nochebuena", ha comentado Teri. Este pescado se ha convertido en uno de los más prohibitivos. Entre la multitud, los compradores apuraban las últimas adquisiciones, muchas de ellas por encargo. Los productos más demandados han sido las volandeiras, vieiras y, por supuesto, la centolla. El ambiente festivo ha animado incluso "a mirar, porque es tan bonita la plaza hoy que da gusto verla", según ha relatado un cliente. Las reacciones ante los precios han sido diversas. Un comprador los ha calificado de "tremendos", reconociendo que "algunas cosas sí que son sorprendentemente caras". En concreto, ha señalado que pagar 60 o 70 euros por una centolla "es mucho". Otro cliente, en cambio, se ha mostrado más resignado: "Es navidad, es lo que hay", y ha justificado los costes por el mal estado del mar, que dificulta la captura de especies como el percebe. La estrategia de muchos ha sido la previsión. Numerosos clientes habituales han optado por comprar con antelación y congelar para esquivar la subida de precios. Aun así, siempre quedan "los rezagados" que prefieren el producto fresco del día y no dudan en hacer frente a las tarifas de Nochebuena. Además del besugo, otros pescados para el horno como el pargo, el sargo y la lubina han tenido una gran demanda, aunque también a precios elevados. La pescadera Julia ha indicado que una lubina de menos de un kilo se vendía a 32 euros. Teri, por su parte, ha justificado la compra de estos productos exclusivos estos días para una ocasión especial: "Una lubina la tomas todos los días, pero un besugo la tomas un día especial como hoy". En las carnicerías y pollerías, el ambiente ha sido más tranquilo. Vanesa, al frente de una carnicería, ha afirmado que los precios "han subido un poquito, hace unas semanas, entre 3 euros, más o menos", pero sin problemas de abastecimiento. En la pollería de Mary, ni la gripe aviar ha afectado a las ventas: "El pollo, como siempre". De hecho, ha vendido 65 pollos caseros a 18 euros el kilo durante esta campaña. La visión de la hostelería tampoco es optimista. Ricardo Ventura, propietario del Restaurante Ricardo, ha calificado los precios de "complicados", asegurando que la subida de precios de este año está "muy por encima de de años anteriores". Ventura ha puesto como ejemplo la almeja, que "se disparó" hasta los 70 euros, o la ternera, que ha subido "un 25 o un 30 por ciento" por la escasez. Ventura ha aconsejado a los coruñeses no obsesionarse con el marisco en estas fechas. "No necesitamos llenarnos de mariscos en Navidad", ha declarado, recordando que en enero o febrero productos como la centolla estarán a mitad de precio. Mientras tanto, su restaurante se ha centrado en los pedidos para llevar, que han tenido que reducir a la mitad por falta de personal en la cocina.