La ciencia destapa la brecha de género que aumenta el riesgo de lesiones en la mujer deportista: "Que el riesgo que asuman las mujeres sea por cuestiones biológicas y no por falta de medios"

La investigación científica en el ámbito sanitario y deportivo ha estado históricamente sesgada. Así lo explica Daniel Lanz, fisioterapeuta, readaptador físico y profesor en la Universidad Pública de Navarra, quien señala que la mayoría de estudios se han centrado en la población masculina. Según un análisis, solo el 30 % de los estudios tenían en cuenta a la mujer, y apenas un 6 % se centraban de manera específica en patologías femeninas o en una población exclusivamente de mujeres, lo que genera una marcada diferencia en el abordaje de su salud y rendimiento. Una de las lesiones más temidas en el fútbol, la rotura del ligamento cruzado anterior, ilustra perfectamente esta disparidad. Durante años, los manuales han señalado que "ser mujer es un factor de riesgo para romperte el ligamento cruzado anterior", explica Lanz. La tasa de incidencia en mujeres es de cuatro a seis veces mayor que en los hombres, una diferencia que tradicionalmente se ha atribuido a factores puramente biológicos. Entre estas causas biológicas se encuentran las alteraciones hormonales del ciclo menstrual, que pueden afectar a la laxitud del ligamento, o la mayor anchura de las caderas, que propicia ciertos ángulos de valgo en la rodilla. Sin embargo, Lanz advierte que "antes le echábamos toda la responsabilidad a eso", pero el panorama ha comenzado a cambiar gracias a la profesionalización del deporte femenino. A medida que las mujeres deportistas tienen más medios para entrenar en condiciones similares a las de sus homólogos masculinos, su tasa de lesiones ha empezado a disminuir. El objetivo es que el riesgo diferencial se deba únicamente a cuestiones biológicas inevitables, y no a la falta de recursos. "Que el riesgo que asuman las mujeres por encima de los hombres sea por cuestiones biológicas, y no por cuestiones de falta de medios de entrenamiento", subraya el especialista. Una lesión de este calibre puede acabar con la carrera deportiva de una futbolista. Pese a los avances, la igualdad en la investigación está lejos de ser una realidad. Daniel Lanz recuerda un dato revelador: en el año 2020, el Comité Olímpico Internacional publicó un estudio sobre epidemiología de lesiones en la British Journal of Sports Medicine, una de las revistas científicas de mayor impacto, y "se le olvidó hablar de las lesiones de la mujer, ni las contemplaba". Este hecho, ocurrido hace apenas unos años, demuestra que, aunque la tendencia es positiva, la brecha de género en la ciencia deportiva persiste. El hábito tan arraigado de estirar antes y después de hacer deporte está siendo cuestionado por la comunidad científica. Aunque durante años se ha considerado una fórmula segura para evitar lesiones, los estudios actuales apuntan en otra dirección. Así lo explica el fisioterapeuta y readaptador físico Daniel Lanz, director del Centro MBZ y profesor en la Universidad Pública de Navarra, quien señala que “la ciencia no respalda que los estiramientos sirvan como método de prevención de lesiones”. Sin embargo, hay situaciones en las que pueden ser muy recomendables y en otras es bueno no hacer. Conoce más sobre los estiramientos de la mano de Dani Lanz en este enlace: SABER MÁS AQUÍ