A sus 73 años, Albert Gomis ha transformado su casa centenaria en el corazón de Sant Quintí de Mediona (Alt Penedès) en un pequeño y fascinante museo de belenes. En total, trece montajes, la mayoría de grandes dimensiones, ocupan todos los rincones de la vivienda. Lo que empezó como una afición se ha convertido en una pasión que le ocupa todo el año. Aunque los vecinos ya conocen su obra, que abre al público el 25 y 26 de diciembre, ahora su anhelo es atraer a visitantes de toda Cataluña para que descubran el laborioso mundo que ha creado. Albert Gomis relata que su interés por los pesebres comenzó hace ya quince años, cuando buscaba una afición para sus ratos libres antes de la jubilación. Paradójicamente, el mundo de los belenes nunca le había atraído especialmente. “De hecho, cuando era pequeño, en casa siempre lo montaba mi hermano y yo no le hacía mucho caso”, recuerda. Sin embargo, en cuanto montó el primero, descubrió un universo que lo atraparía para siempre. Hoy, su dedicación es absoluta. Dedica horas y horas durante todo el año a diseñar los paisajes, instalar sistemas de agua para simular ríos y cascadas, y a crear complejas composiciones de luces y música. A la pregunta de por qué le dedica tanto esfuerzo, su respuesta es sencilla y directa: “No lo hago para desestresarme ni nada similar, sencillamente me gusta hacerlo”. Su objetivo es mejorar cada año sus creaciones. “Cada año pienso qué puedo hacer nuevo o qué puedo retocar para mejorar los que ya tengo creados, y en seguida me pongo a trabajar”, explica. La visita a la casa de Albert es una experiencia en sí misma. Nada más cruzar la puerta, el visitante se encuentra con el montaje más espectacular: una combinación de luces, un volcán, fuentes y música navideña que no deja a nadie indiferente. Este belén recrea el paraje natural de Les Deus, un lugar emblemático del pueblo, y no le falta detalle. Además del nacimiento y los Reyes Magos, una multitud de pastores, animales y hasta un caganer con la figura de Leo Messi completan la escena. Justo en la pared de enfrente, un segundo pesebre dedicado a la virgen de Lourdes complementa la planta baja. Pero la colección se extiende por toda la casa: hay belenes en un pequeño almacén, en la cocina, en las golfas, en un estudio y hasta en el hueco de la escalera. Gomis prioriza el uso de elementos naturales que él mismo recoge en la montaña, como piedras, cortezas y musgo. Las figuras, más de 200 piezas de todos los estilos, las ha ido adquiriendo en mercadillos como la Fira de Santa Llúcia de Barcelona. Lejos de detenerse, Albert Gomis ya tiene la vista puesta en sus próximos proyectos. Su “mucha imaginación”, como él mismo afirma, le lleva a plantearse nuevos retos. Para el año que viene quiere introducir una recreación de las montañas de Montserrat en el belén principal y también tiene en mente incorporar réplicas de la catedral de Barcelona o la Sagrada Familia en otros montajes. El trabajo es tal que deja los belenes montados durante todo el año. Albert considera que su obra es un ejemplo de cómo una tradición tan arraigada se ha sabido preservar en muchos hogares, y confía en que no desaparecerá. Vive solo y no tiene herederos a quienes dejar su legado, pero se muestra esperanzado: espera que, cuando él no esté, el Ayuntamiento de Sant Quintí, situado a pocos metros, tenga interés en preservar su colección para el futuro. Esta historia forma parte de Historias de Navidad, un especial de COPE que reúne historias reales contadas desde distintos puntos de nuestro país. En el audio completo puedes escuchar relatos de pueblos y ciudades, de personas que mantienen vivas las tradiciones y de quienes acompañan, cuidan y están presentes cuando más se necesita, especialmente en Navidad. Una propuesta sonora pensada para escuchar en cualquier momento y para descubrir las distintas formas de vivir la Navidad en España. ESCUCHA AQUÍ EL ESPECIAL COMPLETO