El Gaucho, brasas que no se apagan

Donde hubo fuego, quedan rescoldos, reza el dicho que bien puede aplicarse a lo que está sucediendo con El Gaucho en las últimas semanas, al trascender la jubilación de sus propietarios y su traspaso a una nueva gerencia. El martes 23 de diciembre, unas ochenta personas, exempleados de la conocida parrillada de Lamela, volvieron a sus comedores para rendir un homenaje sorpresa a José Luis Otero y Norma Requeijo, en una emotiva despedida con motivo de su jubilación.